Un nuevo teatro alternativo en el barrio preferente de la inmigración desolada. TEATRO DEL ARTE, calle San Cosme y San Damian nº 3, Lavapies, seguramente a cargo de un grupo de esforzados miembros de la colectividad artística madrileña deseosos de hacer algo más en el lugar más adecuado. Por eso quizás, esta propuesta de una obra argentina por los cuatrro costados con su alcance de interpretación de la fenomenología "gallega".
Una pareja, quizás en la vida real también, de actores y autores argentinos que aún mantienen casi enterita su producción patriota del habla porteña. Se han escrito la obra, seguramente siguiendo parte o todo de su propia experiencia de transferencia obligada del Plata al Mediterráneo entre crisis, o sea, al borde del desastre dos mares. Un texto realmente interesante, quizás pelín tópico, y a veces excesivo en tiempos y extensiones repetidas, pero bien armado, algo que recurre a la memoria localista de todos los inmigrados, tan sólo protegidos por ese acudir a sus propias reaíces, gustos, costumbres, formas expresivas, o plagados de desencuentros culturales con el espacio receptor al que intentan asimilarse.
Buenos actores, como casi todos los argentinos, capaces de "montar un potro y sofrenarlo en la luna". Capaces de hacer de todo, no sólo de escribir su propia obra de denuncia, de interpretarla, de sentirla, de vivirla fuera y dentro de la escena, y de practicar varias artes complementarias: música, canto, baile, siempre en un nivel absolutamente acorde y digno, y convertir a la obra en algo que se aproxima a un musical dramático con base tango.
Y sin embargo cargado todo de universalidad, posiblemente porque Argentina es pura metáfora de inmigración y sobrevivencia, de cruce de culturas, de entendimientos entre lenguas, pronunciaciones, costumbres y aspiraciones, prácticas cocineras incluídas.
Estupendos actores que canalizan emoción y sentimientos a raudales, verdad migratoria, cultura arraigada pero intercambiable. Deseos de integración a pesar de las pequeñas o grandes barreras, como acaba de ocurrirle al gran Ara Malikian después de 15 años de vida en España plagados de una constante donación de su gran talento musical. Le han denegado la ciudadanía.
Excelente también la dirección de la obra, supongo que fácil, del conocido actor TRISTAN ULLOA, famoso hace tiempo por una película de amores desestructurantes, y ahora conocido actor en una serie de TVE. Se nota por ahí también un equipo técnico y auxiliar del mismo tono esforzado, atento, comprometido, y además próximos, simpáticos, cálidos, como debe ser todso encuentro entrre dadores y receptores.
Vayan a verlo, acerquense a ese TEATRO DEL ARTE, con una sala bien pensada y acondicionada, rectangular, tres lados rodeados de básicas aunque cómodas butacas tapizadas en hilera, la contrapared liberada para las apariciones y desapariciones actorales, y algún forillo extra por detrás de la platea. Tecnología suficiente y bien aprovechada.
Algún pequeño inconveniente para el espectador, por ejemplo que una vez comenzada la obra nadie puede entrar, y si sales no puedes volver, condicionantes de la disposición de la sala y la falta de escape aleatorio visible (salida de emergencia). Otro inconveniente, el transcurso de la entrada a teatro y sala, canalizados por un estrecho pasillo y una angosta puerta única, con el equipo de aseos en medio. ¿Explicación? Todo el sistema "constructivo" gira en torno de un viejo y modesto edificio de viviendas decimonónicas, llamado del tipo "embarazo o canguro". Un segundo edificio con viviendas más modcestas se encajaba en el interior de la manzana luego de superar un pequeño patio entre edificio a fachada y edificio interior. Este último sólo conserva su envoltorio con una pequeña crujía delantera. Las viviendas interiores han sido vaciadas y es donde se ha desarrollado la sala, capaz para 116 espectadores sentados en una "U" con tres filas en fondo.
Emprendimiento elogiable, hecho con cariño, suficientes aunque modestos medios, elogiable en suma. Y se nota que saben del asunto todos los que allí participan.
Buenos augurios, se lo merecen.
Norberto Spagnuolo di Nunzio para ARTEQDARTE.
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