Exposición de Ángel Santiago Plata en PicassoMío Gallery
19 Septiembre al 30 de Octubre 2008
Casi se puede percibir dicha traslación de un contexto geográfico/expositivo a otro a través del recorrido pictórico del artista en estos últimos años. De la sobriedad inicial y oscura, con texturas, tramas y fondos agrisados, casi llorosos, de espacialidad cosmogónica en su época periférica y laboral, al florecimiento primavera/otoñal de su irrupción en el entorno de ésta galería de la cabecera sur del Barrio de Salamanca, curiosamente rodeada de otras varias que ofrecen muestras pictóricas muy concordantes. Informalismo derivado de la abstracción gestual, y colorido de pintores como Zobel, Mompó y otros, casi minimalismo en algunos cuadros, aproximaciones de microscopio al mundo de los elementos cotidianos, ambientales y sensibles: Las ramas de los árboles, las huellas luminosas de la lluvia, las alfombras de hojas otoñales, los rastros de la memoria sensible transformadas en gestos e improntas.
Los títulos de las pinturas de nuestro artista, abordadas en tamaños medios y pequeños, algunas encabalgadas en dípticos: Lluvia en Rojo (100x81x2), Lluvia en Rojo (30x30x2), Caminando descalzo (1,30x98x2), o Colores para Luna, acompañan bien esa intención expresiva.
En muchas de ellas se recupera el viejo trabajo -en que se reconoce al artista- de texturización colorística sobre la tela arrugada, dotada ahora de nuevas luminiscencias y coloridos, de una estructura espacial más regular y repetitiva, seriada. Las obras de este tipo exigen nuestra proximidad para desentrañarlas, mientras que antes era imposible interpretarlas si su lectura no se hacía desde algunos metros. Ángel Santiago ha cambiado la escala de la observación, y de la motivación, cosa que se anunciaba ya, aunque tímidamente, en algunas obras pequeñas de su última exposición en la Galería Catarsis de Madrid, Barrio de las Letras y Las Musas. El propio artista lo explica ahora, adecuadamente, en una hojita de argumentos y currículo:
“Quiero conectarme con la naturaleza, abrir ventanas de sensaciones y percepciones que nos hagan olvidar la imagen, y nos dejen en el momento, la emoción, lo que nos estremece…”
Las simbiosis espacio temporales que sacuden el continuo panorama revisable y recuperable del arte, nos permiten -casi simultáneamente- encontrar referencias y coincidencias en la exposición que, con parte de sus fondos, organiza el IVAM (Valencia), sobre La Abstracción en las vanguardias del siglo XX (1913/2000). En particular con una obra del artista americano Lee Krasner, fechada en 1946/48 (Abstract Nº 2). Como en la obra de Ángel Santiago que ahora contemplamos, bien argumentada en el texto suyo referido, aquellos artistas buscaban:
“Abstraerse de los elementos visibles de la naturaleza, y adaptar libremente esas formas naturales en sus pinturas y esculturas…; sin importarles su etiquetado, desde el Informalismo hasta el Expresionismo Abstracto. (*)
19 Septiembre al 30 de Octubre 2008
Casi se puede percibir dicha traslación de un contexto geográfico/expositivo a otro a través del recorrido pictórico del artista en estos últimos años. De la sobriedad inicial y oscura, con texturas, tramas y fondos agrisados, casi llorosos, de espacialidad cosmogónica en su época periférica y laboral, al florecimiento primavera/otoñal de su irrupción en el entorno de ésta galería de la cabecera sur del Barrio de Salamanca, curiosamente rodeada de otras varias que ofrecen muestras pictóricas muy concordantes. Informalismo derivado de la abstracción gestual, y colorido de pintores como Zobel, Mompó y otros, casi minimalismo en algunos cuadros, aproximaciones de microscopio al mundo de los elementos cotidianos, ambientales y sensibles: Las ramas de los árboles, las huellas luminosas de la lluvia, las alfombras de hojas otoñales, los rastros de la memoria sensible transformadas en gestos e improntas.
Los títulos de las pinturas de nuestro artista, abordadas en tamaños medios y pequeños, algunas encabalgadas en dípticos: Lluvia en Rojo (100x81x2), Lluvia en Rojo (30x30x2), Caminando descalzo (1,30x98x2), o Colores para Luna, acompañan bien esa intención expresiva.
En muchas de ellas se recupera el viejo trabajo -en que se reconoce al artista- de texturización colorística sobre la tela arrugada, dotada ahora de nuevas luminiscencias y coloridos, de una estructura espacial más regular y repetitiva, seriada. Las obras de este tipo exigen nuestra proximidad para desentrañarlas, mientras que antes era imposible interpretarlas si su lectura no se hacía desde algunos metros. Ángel Santiago ha cambiado la escala de la observación, y de la motivación, cosa que se anunciaba ya, aunque tímidamente, en algunas obras pequeñas de su última exposición en la Galería Catarsis de Madrid, Barrio de las Letras y Las Musas. El propio artista lo explica ahora, adecuadamente, en una hojita de argumentos y currículo:
“Quiero conectarme con la naturaleza, abrir ventanas de sensaciones y percepciones que nos hagan olvidar la imagen, y nos dejen en el momento, la emoción, lo que nos estremece…”
Las simbiosis espacio temporales que sacuden el continuo panorama revisable y recuperable del arte, nos permiten -casi simultáneamente- encontrar referencias y coincidencias en la exposición que, con parte de sus fondos, organiza el IVAM (Valencia), sobre La Abstracción en las vanguardias del siglo XX (1913/2000). En particular con una obra del artista americano Lee Krasner, fechada en 1946/48 (Abstract Nº 2). Como en la obra de Ángel Santiago que ahora contemplamos, bien argumentada en el texto suyo referido, aquellos artistas buscaban:
“Abstraerse de los elementos visibles de la naturaleza, y adaptar libremente esas formas naturales en sus pinturas y esculturas…; sin importarles su etiquetado, desde el Informalismo hasta el Expresionismo Abstracto. (*)
De estas nuevas series quizás la que menos nos atraiga sea la representación en plano medio de imágenes arbóreas sometidas a una lluvia lineal, excepto cuando la observación se acerca a la pura geometría desnuda de una rama que acaba convirtiéndose en trazo caligráfico orientalizado, chino o japonés. Algo que sin embargo se inmiscuye ya con interés en varias de sus obras nuevas acompañando a las manchas esenciales: el trazo, el signo, la estructura casi molecular del color y su representación.
(*) Del Catálogo resumen de la exposición en el IVAM. Septiembre 2008
Norberto Spagnuolo
Colectivo arte_qdarte
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