Continúo con la saga municipal a raiz de mi petición de realizar una exposición sobre La Ciudad de los POETAS, Dehesa de la Villa.
Si habeis leído los capítulos anteriores (Ayuntamiento de Madrid, Distrito Moncloa-Aravaca, Sala de Exposiciones Julio Cortázar), sabreis de que va esto. Si no habeis leído nada de eso, y no entendeis de que va esto, os aconsejo leerlo. Y sigo:
Finalmente, al cabo de cinco meses de haber solicitado hacer la exposición, de presentar cuantos papelillos me han requerido para justificar mi petición y explicar de que va y como la cosa, me avisan de la secretaría del Sr. Consejal Presidente de la mencionada Junta de Distrito para practicar una entrevista con dicho señor, al parecer y comprobadamente, el único con capacidad y derecho a decidir qué se expone en las salas ad-hoc del mencionado centro. O sea, que uno espera que el mencionado señor Consejal le diga Sí/No, le pida alguna explicación más, le comente algún detalle en particular que podría quitarse, mejorarse o rehacerse, o algo así equivalente.
Pues no, resulta que el Sr. Consejal lo recibe a uno en un amplio despacho con grandes sofaces blancos cuajados de papeles en etapa de observación/estudio, mismamente que en las mesas que se ven por allí. Es un señor alto y bien parecido, con traje gris azulino y corbata oscura, delgado, atlético, con aspecto un poco cansado y actitud de intriga abandonada, como en las pelis románticas.. O sea, como pensando ¿Qué querrá este tío?. Una secretaria de edad madura y aspecto serio y tambien intrigado se sienta en plan triangulo de las Bermudas, o sea que formamos un trío geométricamente inestable. Ella lleva cuaderno de notas en ristre, dispuesta a saber de que se trata, pero lo cierto es que cuando se solicitó la entrevista se dijo claramente para qué y por qué. Debe haber sido en vano, pues, excepto yo mismo que soy el interesado, nadie sabe nada, ni ha tenido la mínima intención de saberlo.
Tanto es así que explicando para que estoy allí y cual es el objeto de la solicitud expositiva, el Sr. Consejal termina argumentando que para hacer lo que yo pretendo debo antes solicitarlo y cumplir por supuesto los mecanismos de relleno de formulario, datos, argumentos y demás cola propositiva (¿?)
Contesto pues, argumentando, que tal trámite lo realicé exactamente hace cinco meses, que la Sra. Directora del Centro Cultural Julio Cortázar, encargada de hacer la recepción e informar la solicitud lo ha hecho en su momento, que los papeles están, o deberían, pero sí estan porque lo comprobé personalmente, en la llamada UNIDAD CULTURAL de la Junta de Distrito, y que en definitiva, si todo funciona como dicen que debería funcionar el Sr. Consejal debería también haberlos visto. Pues no. Asombrado entonces dice el Sr. Consejal que los tendrá que ver, y que en una semana deberá contestarme, y no sólo eso, sino que también el tema le parece interesante, porque el urbanismo...., etc.
La duda en que permanezco es que si eso significa algo concreto respecto al sí o al no, o sea, que se verá y se hará. Posteriormente reproduzco a la Sra. Directora del Centro como ha ido el asunto, y asombrada se muestra como yo en su momento, y me recuerda que hay "una pila así de otras proposiciones expositivas" que, desde las fechas lejanas de su entrega nadie con autoridad suficiente ha visto, estudiado, entendido, preocupadose por ellas, etc., etc., cosa que permitiría que alguna vez se expongan o se vayan definitivamente al limbo de lo nunca jamás correspondido al otro lado de los trámites.
Ya os contaré al final de esta penosa historia de dejadez y falta de respeto con las ilusiones creativas de los ciudadanos, amparadas en las prerogativas de poder decisorio nunca ejercido al respecto.
Norberto Spagnuolo di Nunzio
Solicitante y sufriente ciudadano.
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