Junio de 2003
Decido con mi mujer que hay que pintar nuestra casita del barrio de Las Palomas. Desde las obras de reforma han pasado casi 10 años. El árbol de la calle, que nadie poda oficialmente ni barre sus tránsitos estacionales, es hermoso pero particularmente sucio. La lluvia, el frío, los pájaros, han terminado por completar el ataque a la fachada. Hay desconchones y campos de moho, y el sol ha insistido hasta cuartear y escamar el barniz de la carpintería de madera. Además, los vecinos del barrio, quien más quien menos, se han lanzado a arreglar las casas, pintarlas, adornarlas con flores, mejorar su tradicional, modesta o sosa apariencia. Otras se están refaccionando. No por ser un barrio modesto vamos a ser menos que los del Casco Antiguo. ¡Oiga, que al nuestro también lo han declarado protegido! Aunque en menor categoría que al histórico, eso sí, faltaría más con su ordenanza 3-BP. Que a éste de Las Palomas lo hayan construido en épocas oscuras, con poco dinero y escasa enjundia rural y material no es óbice, y ahí está, ahí está, ahí está, con todo su estilin de casitas bajas de una planta que van enlazándose a través de los frontispicios, como si fueran olas que arribasen a la playa de las calles y rompiesen en el desigual bordillo.
Elaboro un cuidadoso plan de organización de trabajos por etapas, cálculo de cantidades materiales, utensilios y previsión de gastos. También elaboro un cuadro familiar de posibles participantes, a los que habrá que convencer de la oportuna medida y de la necesaria colaboración. Bueno, al menos lo intento. Y por si fuera poco me estudio las Ordenanzas de las Normas Subsidiarias en vigor, las nuevas, y veo que me remiten en materia estética a cumplir lo mismo que está previsto para el Casco Antiguo, la B-14, la cosa estética. ¡Ya lo ven! Pero me pregunto si no es un poco absurdo, sobre todo porque se prohíbe el color blanco en las fachadas, justamente el que se ha usado siempre y ha dado nombre al barrio, además de sustrato poético a algún que otro verso de autor desconocido:
"Casitas blancas picoteando las calles,
remoloneando, como palomones de campo.
Regazo en la puerta, ventanas por ojos,
y sombrerito punzó de tejas peripuestas.
Tienen ganas de emigrar, salir volando,
en cuanto sople el aire del otoño." (*)
................................
Como me dedico a criticar, también me siento obligado a cumplir, normas, solidaridades, correspondencias barriales. Hablo con los vecinos que acaban de retocar la fachada, indago, paseo por las calles de Las Palomas observando el paisaje construido. Una casi dominante igualdad de blancos, nuevos o viejos, y toques de color entre los ocres y amarillos, con algunos pocos marrones o sienas en elementos lineales. Me presento voluntarioso y voluntario en el Ayuntamiento, relleno la petición de licencia y explico en ella como pienso pintarla -de acuerdo a la dichosa Norma Estética 8-14, la misma que vale para el Casco Antiguo, lo que me extraña- y cuanto creo que me costará. Y anoto, tal que dice la Ordenanza para Las Palomas que en realidad es la misma que para el Casco Antiguo, que en realidad es la misma que la de las Normas Provinciales. O sea, que nadie se ha estudiado lo de nuestro barrio en serio ¿Y para eso tanta norma? Y para mayor santificación municipal hablo con el técnico, y le explico lo de los colores, y entonces me dice que “esas normas están copiadas de las de Burgos”, que le prepare unas muestras con “blanco hueso para la general y siena para jambas, zócalos y cornisas”, o algo así, que se pasará a verlas y dar el visto bueno, en el caso de que le parezcan correctas, claro. Y lo hago, y espero que venga, pero hasta ahora.
Entonces hablo de nuevo con los vecinos que han pintado recientemente la fachada, y ninguno ha pedido permiso, o licencia, y los colores no tienen nada que ver con lo que dice la ordenanza, y nadie ha hablado con el técnico. Y ahí están, ahí están, pintadas de blanco, o amarillo claro, y con zócalos grises o siena, etc. Y un vecino me dice: "A quien tiene que gustarle es a nosotros, que para eso somos tus vecinos; además las casas siempre fueron blancas". Y creo que casi tiene razón, pero le digo que a mí me gusta cumplir, que soy muy legal.
Así que pasada la semana comienzo a pintar la casita (tra-lara-lalita), con los colores que dije en la solicitud de licencia. Gracias a Marisol, Candela, y finalmente Juancho, consigo sendas escaleras para subirme casi hasta el tejado y no tener que estirar el brazo más de lo necesario. Pero no la pinto del todo, sólo los elementos lineales de la fachada interior, cornisas, desagües, zócalos, por las dudas de que no le gusten al técnico, o que no sean exactamente los colores que pone la ordenanza. Así que dejo pasar dos meses, hasta la vuelta del veraneo, y dado que nadie me ha contestado, criticado, ni comentado nada, salvo los amables vecinos, termino de pintar el revoco de las fachadas. Ahora me falta la carpintería de madera, que irán en ese color rojo carmelita que dice la dichosa ordenanza.
Y yo pregunto: ¿He hecho bien? ¿Vosotros que opináis?
Y es que la duda me corroe, sobre todo porque a IBERDROLA no le han dicho nada cuando se le ha ocurrido enlazarnos las fachadas con un poderoso tendido de cable de plástico negro con triple trenzado que da acometida a nuestras viviendas. "Es para que no se caiga con el viento", argumentan.¿Se habrán leído la dichosa Ordenanza? ¿Lo habrán consultado con el técnico municipal? Pero lo bueno es que parece la trenza de Chindasvinto arreando a nuestras casitas-palomas.
Octubre de 2003
Por: "Sopas con Honda"
(*) Versos anónimos escritos sobre un papelito arrugado encontrado en una de las calles de Las Palomas.
Decido con mi mujer que hay que pintar nuestra casita del barrio de Las Palomas. Desde las obras de reforma han pasado casi 10 años. El árbol de la calle, que nadie poda oficialmente ni barre sus tránsitos estacionales, es hermoso pero particularmente sucio. La lluvia, el frío, los pájaros, han terminado por completar el ataque a la fachada. Hay desconchones y campos de moho, y el sol ha insistido hasta cuartear y escamar el barniz de la carpintería de madera. Además, los vecinos del barrio, quien más quien menos, se han lanzado a arreglar las casas, pintarlas, adornarlas con flores, mejorar su tradicional, modesta o sosa apariencia. Otras se están refaccionando. No por ser un barrio modesto vamos a ser menos que los del Casco Antiguo. ¡Oiga, que al nuestro también lo han declarado protegido! Aunque en menor categoría que al histórico, eso sí, faltaría más con su ordenanza 3-BP. Que a éste de Las Palomas lo hayan construido en épocas oscuras, con poco dinero y escasa enjundia rural y material no es óbice, y ahí está, ahí está, ahí está, con todo su estilin de casitas bajas de una planta que van enlazándose a través de los frontispicios, como si fueran olas que arribasen a la playa de las calles y rompiesen en el desigual bordillo.
Elaboro un cuidadoso plan de organización de trabajos por etapas, cálculo de cantidades materiales, utensilios y previsión de gastos. También elaboro un cuadro familiar de posibles participantes, a los que habrá que convencer de la oportuna medida y de la necesaria colaboración. Bueno, al menos lo intento. Y por si fuera poco me estudio las Ordenanzas de las Normas Subsidiarias en vigor, las nuevas, y veo que me remiten en materia estética a cumplir lo mismo que está previsto para el Casco Antiguo, la B-14, la cosa estética. ¡Ya lo ven! Pero me pregunto si no es un poco absurdo, sobre todo porque se prohíbe el color blanco en las fachadas, justamente el que se ha usado siempre y ha dado nombre al barrio, además de sustrato poético a algún que otro verso de autor desconocido:
"Casitas blancas picoteando las calles,
remoloneando, como palomones de campo.
Regazo en la puerta, ventanas por ojos,
y sombrerito punzó de tejas peripuestas.
Tienen ganas de emigrar, salir volando,
en cuanto sople el aire del otoño." (*)
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Como me dedico a criticar, también me siento obligado a cumplir, normas, solidaridades, correspondencias barriales. Hablo con los vecinos que acaban de retocar la fachada, indago, paseo por las calles de Las Palomas observando el paisaje construido. Una casi dominante igualdad de blancos, nuevos o viejos, y toques de color entre los ocres y amarillos, con algunos pocos marrones o sienas en elementos lineales. Me presento voluntarioso y voluntario en el Ayuntamiento, relleno la petición de licencia y explico en ella como pienso pintarla -de acuerdo a la dichosa Norma Estética 8-14, la misma que vale para el Casco Antiguo, lo que me extraña- y cuanto creo que me costará. Y anoto, tal que dice la Ordenanza para Las Palomas que en realidad es la misma que para el Casco Antiguo, que en realidad es la misma que la de las Normas Provinciales. O sea, que nadie se ha estudiado lo de nuestro barrio en serio ¿Y para eso tanta norma? Y para mayor santificación municipal hablo con el técnico, y le explico lo de los colores, y entonces me dice que “esas normas están copiadas de las de Burgos”, que le prepare unas muestras con “blanco hueso para la general y siena para jambas, zócalos y cornisas”, o algo así, que se pasará a verlas y dar el visto bueno, en el caso de que le parezcan correctas, claro. Y lo hago, y espero que venga, pero hasta ahora.
Entonces hablo de nuevo con los vecinos que han pintado recientemente la fachada, y ninguno ha pedido permiso, o licencia, y los colores no tienen nada que ver con lo que dice la ordenanza, y nadie ha hablado con el técnico. Y ahí están, ahí están, pintadas de blanco, o amarillo claro, y con zócalos grises o siena, etc. Y un vecino me dice: "A quien tiene que gustarle es a nosotros, que para eso somos tus vecinos; además las casas siempre fueron blancas". Y creo que casi tiene razón, pero le digo que a mí me gusta cumplir, que soy muy legal.
Así que pasada la semana comienzo a pintar la casita (tra-lara-lalita), con los colores que dije en la solicitud de licencia. Gracias a Marisol, Candela, y finalmente Juancho, consigo sendas escaleras para subirme casi hasta el tejado y no tener que estirar el brazo más de lo necesario. Pero no la pinto del todo, sólo los elementos lineales de la fachada interior, cornisas, desagües, zócalos, por las dudas de que no le gusten al técnico, o que no sean exactamente los colores que pone la ordenanza. Así que dejo pasar dos meses, hasta la vuelta del veraneo, y dado que nadie me ha contestado, criticado, ni comentado nada, salvo los amables vecinos, termino de pintar el revoco de las fachadas. Ahora me falta la carpintería de madera, que irán en ese color rojo carmelita que dice la dichosa ordenanza.
Y yo pregunto: ¿He hecho bien? ¿Vosotros que opináis?
Y es que la duda me corroe, sobre todo porque a IBERDROLA no le han dicho nada cuando se le ha ocurrido enlazarnos las fachadas con un poderoso tendido de cable de plástico negro con triple trenzado que da acometida a nuestras viviendas. "Es para que no se caiga con el viento", argumentan.¿Se habrán leído la dichosa Ordenanza? ¿Lo habrán consultado con el técnico municipal? Pero lo bueno es que parece la trenza de Chindasvinto arreando a nuestras casitas-palomas.
Octubre de 2003
Por: "Sopas con Honda"
(*) Versos anónimos escritos sobre un papelito arrugado encontrado en una de las calles de Las Palomas.
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