miércoles, 30 de abril de 2008

L´Caixa: FORUM MADRID

Bondades y malabares de la oferta cultureta:

La sensación que uno tiene –que yo tuve, claro- cuando se inserta en el espacio construido y propagandístico de éste Caixa FORUM, Madrid, por otra parte muy bien resuelto como ámbito de “aspiración de paseantes”, vengan de donde vengan, es que al conjunto lo sostiene, sobre sus bien centradas espaldas, alguno de esos fortachones mitológicos pre o post históricos tipo Atlas, Sansón, Hércules, Superman o el mismísimo y enverdecido Hulk. Alguno de ellos debe haber sido capaz de elevar las pesadas fachadas supervivientes de la vieja fábrica de electricidad y ponerlas a volar sobre nuestros esperanzados goces culturales. Primera gran impresión, un poco estomagante, de lo que puede hacer el dinero bien administrado de los clientes bancarios puesto al servicio de la imagen y propaganda de sus gestores.
Las históricas -e históricamente maltratadas- fachadas han perdido su peso bicentenario y se elevan, cual Tu-Tú de bailarina en danza vernácula, ahora parcheado o agujereado modernamente, y culminado por burbujeante corona de hierro corten troquelado. Y en lugar de zapatillas de punta presurosas, nos encontramos con un poliedro facetado cual diamante por piezas de acero inox cubriendo el tosco hormigón de sus musculadas entrañas.
Con suerte perceptiva, podríamos decir que el conjunto aspira a exteriorizarse a partir de ese núcleo símbolo de hormigón armado más impenetrable y fuerte que todos aquellos héroes musculosos del ayer y hoy juntos y bien avenidos. Es decir…, sí, una inviolable caja fuerte percibida repartiendo dividendos culturales a la humanidad, básica o transitoriamente madrileña, y además gratis.
El espacio interno recorrible no parece ser sumado en la imagen externa, otro hallazgo de compresión escalar. Pero si uno se asoma a la opaca y fortificada escalera principal interior, tampoco, es decir, en ella el edificio se tensa cual bandoneón extenuado en un sostenido por el mago Piazzola, y uno –yo, claro- acaba por preguntarse: ¿adonde irá a parar esta escalera sin sombras?
Y digamos, no sin respeto, que eso es todo. Todo lo reseñable como interesante, al menos como efecto psicológico para el absorbido peatón multirracial, convertido en sujeto de cuento para niños trepando por la casita del ogro subida a los cielos, arriba-abajo. Descubriendo cuartos-salas bien escondidos, y tratando de entender qué es lo que en definitiva hay en ellos, o habrá, se muestra, ofrece, y qué adonde estará la princesa dormida. Y al final, cuando se llega a la publicitada cafetería, fin del recorrido, más triste y desangelada que una de barrio periférico, plena de lagrimones, nos encontramos con que allí nos aguardan todas las princesas juntas, bien despiertas, conversando alegremente la merienda: café con leche y croasán.
Menos mal que a la salida nos espera a todos esa falsa pradera vertical a la inglesa, aunque nadie pueda recostarse en ella y suspirar por tanta, tanta…

A.EvangelistA
Abril de 2008
Colectivo arte_qdarte / arteqdarte.blogspot.com