¿Verdad o fé, cúal nos hará libres?
Parafraseando a Machado, una de las dos cuestiones nos helará el corazón. La cundalini,
en tanto doble serpiente reptante, porta o conduce las dos energías enroscadas
sobre la columna, la femenina y la masculina, el Yin y el Yan. ¿Somos dúplices,
o simplemente duales? El rostro único partido, diverso, que se descubre en las
fotos, en el espejo, nos advierte de
esta ambivalencia. ¿Y la mirada?
Un divulgador de enseñanzas y
saberes orientalistas habla de que también cada ojo mira, ve, con distintas
motivaciones o necesidades, es decir con dos sentidos. El racional a través del
ojo derecho, masculino, mirada fría y analítica, calculadora, prospectiva. El
intuitivo por el ojo izquierdo, femenino, el del amor y lo sensible. ¿Pero no
somos así para cada reacción? Es decir, ¿no estamos partidos, o conjuntados, en
esas mitades duales que nos habitan en forma de cromosomas, células femeninas,
las de mamá, y masculinas, las de papá, y que unas dominan a las otras o estan
en mayor proporción por selección o definición natural de sexo? Dos
necesidades, dos expresiones, dos configuraciones, dos formas de relacionarnos
con el entorno y los otros, que deben coincidir, sumarse, complementarse, pero
que normalmente se enfrentan, se oponen, y una domina a la otra. El amor y la
razón.
Dice el divulgador, nuestro sabio si
quereis, que hay que usar, voluntariamente, la forma del amor, o al menos
comenzar por ella. El sabio divulgador cree recordar, dice que dejó dicho
Antonio Machado: "El ojo que tú ves / no es ojo porque te vea, / es ojo
porque tú lo ves"
Pero lo que de verdad dijo don
Antonio, en sus conocidos Proverbios y Cantares, viene a comenzar por: "Ojos que a la luz se
abrieron / un día para, después, / ciegos tornar a la tierra / hartos de mirar
sin ver". Y sigue una larga elaboración del concepto, de la idea, que
el poeta va poco a poco ajustando en sucesivos trabajos. Por ejemplo, entre los
dedicados a Ortega y Gasset (I), continuá el mensaje con: "El
ojo que ves no es / ojo porque tú lo veas; / es ojo porque te ve". Aclarando,
en los mismos Proverbios y Cantares (XXXVI): "No es el Yo fundamental /
eso que busca el poeta / sino el Tú esencial". Para explayarse, en el
XXXIX, con el tema de la mirada: "Busca en tu prójimo espejo; / pero no
para afeitarte, / ni para tenirte el pelo" . Finalmente comprobamos
que para Machado, en el Proverbio y Cantar XL: "Los ojos por qué
suspiras, / sábelo bien, / los ojos en que te miras, / son ojos porque te
ven". En Proverbios y Cantares LXXXV, aplica don Antonio un sabio
consejo al respecto de todo lo que aquí apuntamos: " ¿Tú verdad? No, la
Verdad, / y ven conmigo a buscarla, / la tuya guárdatela."
De todo ello, de ese complejo y
largo trabajar en la idea de la mirada, del ver y conmprender, del ver y
entender, del ver y expresar, inferimos la posible confusión, mezcla de
proverbios y cantares machadianos, no sólo del sabio divulgador, sino de casi
todos nosotros en el recuerdo de estos versos y coplas que se hacen difícil de
fijar en la memoria por su cambiante o variada expresión.