jueves, 3 de octubre de 2013

LA MIRADA DÚPLICE / Reflexiones machadianas


            ¿Verdad o fé, cúal nos hará libres? Parafraseando a Machado, una de las dos cuestiones nos helará el corazón. La cundalini, en tanto doble serpiente reptante, porta o conduce las dos energías enroscadas sobre la columna, la femenina y la masculina, el Yin y el Yan. ¿Somos dúplices, o simplemente duales? El rostro único partido, diverso, que se descubre en las fotos, en el espejo,  nos advierte de esta ambivalencia. ¿Y la mirada?

            Un divulgador de enseñanzas y saberes orientalistas habla de que también cada ojo mira, ve, con distintas motivaciones o necesidades, es decir con dos sentidos. El racional a través del ojo derecho, masculino, mirada fría y analítica, calculadora, prospectiva. El intuitivo por el ojo izquierdo, femenino, el del amor y lo sensible. ¿Pero no somos así para cada reacción? Es decir, ¿no estamos partidos, o conjuntados, en esas mitades duales que nos habitan en forma de cromosomas, células femeninas, las de mamá, y masculinas, las de papá, y que unas dominan a las otras o estan en mayor proporción por selección o definición natural de sexo? Dos necesidades, dos expresiones, dos configuraciones, dos formas de relacionarnos con el entorno y los otros, que deben coincidir, sumarse, complementarse, pero que normalmente se enfrentan, se oponen, y una domina a la otra. El amor y la razón.

            Dice el divulgador, nuestro sabio si quereis, que hay que usar, voluntariamente, la forma del amor, o al menos comenzar por ella. El sabio divulgador cree recordar, dice que dejó dicho Antonio Machado: "El ojo que tú ves / no es ojo porque te vea, / es ojo porque tú lo ves"

            Pero lo que de verdad dijo don Antonio, en sus conocidos Proverbios y Cantares, viene a  comenzar por: "Ojos que a la luz se abrieron / un día para, después, / ciegos tornar a la tierra / hartos de mirar sin ver". Y sigue una larga elaboración del concepto, de la idea, que el poeta va poco a poco ajustando en sucesivos trabajos. Por ejemplo, entre los dedicados a Ortega y Gasset (I), continuá el mensaje con: "El ojo que ves no es / ojo porque tú lo veas; / es ojo porque te ve". Aclarando, en los mismos Proverbios y Cantares (XXXVI): "No es el Yo fundamental / eso que busca el poeta / sino el Tú esencial". Para explayarse, en el XXXIX, con el tema de la mirada: "Busca en tu prójimo espejo; / pero no para afeitarte, / ni para tenirte el pelo" . Finalmente comprobamos que para Machado, en el Proverbio y Cantar XL: "Los ojos por qué suspiras, / sábelo bien, / los ojos en que te miras, / son ojos porque te ven". En Proverbios y Cantares LXXXV, aplica don Antonio un sabio consejo al respecto de todo lo que aquí apuntamos: " ¿Tú verdad? No, la Verdad, / y ven conmigo a buscarla, / la tuya guárdatela."

            De todo ello, de ese complejo y largo trabajar en la idea de la mirada, del ver y conmprender, del ver y entender, del ver y expresar, inferimos la posible confusión, mezcla de proverbios y cantares machadianos, no sólo del sabio divulgador, sino de casi todos nosotros en el recuerdo de estos versos y coplas que se hacen difícil de fijar en la memoria por su cambiante o variada expresión.

 

 

 

 

Levitando y apoyada en el coxis (variaciones higienistas)


      En Valdetorres, Maestrazgo alto, Teruel -triángulo del champurrado dicen los que aquí habitan- tengo sueños profundos y largos. Se repiten. Se refieren a necesidades de conseguir lo que quiero, de satisfacer el ego. Eso es lo que importa, triunfar en definitiva. Los sueños generan en mí una necesidad casi angustiosa de hacer el trabajo que me gusta, de que las cosas salgan bien, de proponer metas y objetivos, de dar rienda suelta a los sentidos. O sea, ensoñaciones del subconsciente que siempre se revela contra la cruda realidad, o contra la realidad que nos impone el consciente domesticado.

      La atención del pequeño hotel donde estamos es familiar. Julio me había explicado que el edificio era un antiguo palacete de algún noble o cortesano adinerado. Fachada de piedra con adornadas cornisas, grandes huecos y un exagerado escudo sobre el enorme portal, como para decir "aquí estamos nosotros, los tal y tal de cual". Las habitaciones son cómodas y dan a la pequeña plaza donde se sitúa el ayuntamiento. Desde ahí arrancan unas escaleras que se pierden hacia la parte alta del pueblo, aupado sobre una colina que domina el valle y volcado hacia el río que los separa. Hace calor. En el comedor te sirven comidas de menú popular con algunos platos regionales, pero justo el día que anuncian "ternasco" nos tenemos que ir. Las chicas que sirven son las hijas de los dueños, adolescentes con ganas de mirar por las ventanas y salir corriendo por la noche hacia el baile del primer pueblo. Ahora conversan con los mozos trabajadores que vienen a por el menú del día en pandilla. Ellas a ellos les piden que las lleven a bailar, o que por lo menos las saquen de allí, en coche, en moto, como sea y se ponen melosas. Además están los abuelos que también ayudan cuando las chicas desaparecen.

      Valdetorres es el aperitivo rupestre de nuestras vacaciones higienistas. Cosa de irse preparando, soltar las entendederas, relajarse. Termina bajando la empinada y prolongada cuesta que conduce a la orilla del mar, sin dejar de pasar por la increíble y mágica Morella. Ahora, ya en la primera noche de Los Madroños -Desierto de las Palmas, Oropesa del Mar- decido que lo de mi subconsciente alborotado debe ser culpa de esa larga negación de la satisfacción que me persigue últimamente en todos los aspectos, sobre todo trabajo y su rentabilidad moral, y las pulsiones sensibles, e intuyo que debo hacer más esfuerzos para que todo vaya saliendo según lo quiere él, mi subcon, y que tengo que conseguir todo lo que me proponga, no se vaya a cabrear y me vuelva tiriti. Como decía Julián, el dulce, amable y postrado santón de Riezu: quiero cosas, pero no hago lo posible ni tomo las decisiones suficientes para que se manifiesten.

      Pienso ahora que todo se debe a la pulsión inicial que me inculcó mi padre, ganar, ganar y ganar, y además follar; la ambivalencia entre la necesidad de ello y el paralelo temor a ello. Si las cosas se realizan hay que asumirlas, liderarlas, incluso volverse un poco cabrón para conseguir que se manifiesten o sigan funcionando.

      Estamos entre un desconcierto de edificios soltados en un espacio confuso y aparentemente desestructurado, como una aldea indígena en medio de la selva subtropical, o un pobladito de la pampa argentina. Las construcciones tienen ese aire de tapera o rancho a punto de ser arrasado por el malón de indios vengativos, salvajes  y furiosos, porque todo parece a medio hacer, sin terminar, con restos y abandono de cosas por doquier, chatarras, juegos de niños que fueron y a ellos entretuvieron, cultivos huertanos y mescolanza generalizada. Física edilicia de arquitectura vernácula o ecológica en busca del paraíso, con autoconstrucción desde la nada, sin mucho conocimiento, pocos o elementales recursos, p, y empiezas a ser más transparente que la luz de la luna llena. Por eso, en  noches como esas, todos descubren tus más recónditos secretos como si estuvieras tomando el sol con el cuero al aire, y después, en alguna postura de estiramiento y respiración, el alma se te dispara para arriba, mezclándose con el aire cargado de deshechos vitales abandonados y de sudores compartidos atravesados por suspiros quejumbrosos.

      Es entonces cuando alguien, quizás el más descargado que casi siempre resulta ser una mujer, comienza a despegarse de la tierra, a levitar tímidamente, aunque necesite aún apoyar el coxis sobre el suelo, como si se se tratara de la vuelta ancestral al primer apoyo. Le pregunto cómo lo hace, qué es lo que siente, pero ella se encoge de hombros y se sonríe. -No sé, no pienso en nada, sólo trato de ser feliz... Después nos explican que ése es un ejercicio de requilorio corporal, que andamos por la vida cotidiana con el cuerpo más desestructurado que una quiniela de tres resultados y así no hay subconsciente que descanse.

      Me lo creo, por eso me esfuerzo en repetir el ejercicio cuatro veces al día, pero  soy incapaz de levantar siquiera el culo o las pantorrillas del suelo. Al menos y mientras tanto, mi subconsciente ha dejado de pincharme con tanta parafernalia triunfadora. Como mucho ha comenzado a conformarse con satisfacer una visión que lo asalta ahora por las noches, terminar pegado al techo de la habitación, tal cómo sucedía en la película "Mary Poppins", cuando todos comienzan a reírse con las gracias y cuentos del viejo tío con  bigotes, y no pueden dejar de hacerlo.

      La risa te libera, ya lo dijo Humberto Eco recordando a los sabios de la antigüedad.
 

Verano 1998/1999

Norberto Spagnuolo
 

 

domingo, 29 de septiembre de 2013

"POR LOS OJOS DE RAQUEL MELLER": VISTOS POR LOS MÍOS.

En el Reina Victoria, Madrid, se ha estrenado en teatro comercial "Por los Ojos de Raquel Meller", obra que lleva algunos años en cartel en el teatro alternativo cuyo equipo le dió forma. En particular, es creación del múltiple HUGO PËREZ, factotum directivo del grupo junto a la Sra. Irina KOUBERSKAYA.
Hugo Pérez ha seleccionado canciones, diseñado o localizado el vestuario, definido el maquillaje y la expresividad, escrito y coordinado el argumento, y dirigido a los actores. El TEATRO TRIBUEÑE, amparado por la Fundación Argos, se creo hace unos pocos años, instalándose en el barrio de Manuel Becerra, junto al maravilloso parque de "La Fuente del Berro". El grupo de teatro, con sus dos directores al frente, comenzó siendo un apéndice del grupo de trabajo en la disciplina de Yoga Integral, comandado por el profesor Eduardo Carrera, activo impulsor de disciplinas y conocimientos varios sobre la historia, anhelos, y trabajos del hombre para avanzar en su desarrollo espiritual y emotivo. Todo esta carga positiva ha sido trasladada a los integrantes del teatro como base inicial de su formación, entendimiento y práctica de la experiencia teatral. Algunos miembros ya ejercían como profesionales, o de forma amateur, la disciplina teatral y/o actoral. Otros se han ido incorporando merced a ese paso previo en la práctica del Yoga, o por sus particulares dotes.
La obra "POR LOS OJOS DE RAQUEL MEYER" aporta mucho a la melancolía por la historia de la canción española, esa que competía con el tango para contar anhelos y desvelos de amores, unos femeninos, otros masculinos. Interesantes ambos por esa sociología de distintos desarraigos y soledades.
Vayan a verla, es buena y con calidad escénica e interpretativa digna de competir con el teatro más profesional. Pero no se crean todo lo que la propaganda comercial pueda contar al respecto de este nuevo montaje, como fábula más crecida, mejor decorada, más excelsamente vestida.
El tema es que la obra se mantuvo hasta ahora en los estrictos parámetros de un teatro alternativo, el del grupo Tribueñe en su propia Sala de la Fundación Argos. Dicho grupo incluye como raíz una larga práctica en el Yoga Integral, y en la última etapa, basada en experiencias amateurs anteriores, la introducción de ese pequeño y muy digno teatro alternativo con su propia sala y un grupo de actores inicialmente más amateurs que profesionales, aunque a estas alturas, luego decasi 8 años años de praxis teatral y taller de enseñanza, se pueda hablar de un grupo profesionalizado con experiencia y re-formación continua.
Sucede que al pasar por vez primera a montar una función comercial, "Por los ojos de Raquel Meller", aun con algunos años de hacerlo en el propio teatro Tribueñe con gran éxito minoritario, y sacarla luego a pasear por el país y el extranjero, recibir premios y críticas elogiosas, hacerlo ahora en una sala comercial con una trayectoria histórica variable, bajo la dirección/producción de un profesional clásico del Teatro comercial, como Juanjo Seoane, que se ha movido entre un teatro de calidad y repercusión cultural y un teatro comercial de cierta calidad, pueda que las características que cimentaron la fama alternativa de la obra puedan verse transformadas en una operación de mayor comercialidad, con pérdida de alguno de los valores derivados de un producto artesanal, minoritario de calidad. Es lógico. Un ejemplo muy claro al respecto lo encarna el complejo teatral de "La Abadía", que forma actores, directores y demás, les impulsa a llevar a cabo un montaje propio, y luego los catapulta a una carrera más comercial, si la ocasión lo acepta.
El paso a un teatro comercial puede ser para el grupo un empujón que merece la pena abordar, pero también el caer en algunas de las cesiones de carácter a que suelen dar lugar estos procesos por su propia envergadura y objetivos. Los resultados y ajustes del nuevo montaje nos darán las pistas para entenderlo.
Y otra referencia: No vayan a creer que aquí los homenajeados de éste estupendo producto son todos los que lo hacen, invención, producción, dirección y actores. Estos últimos no aparecen casi nunca en las alabanzas o reportajes de prensa nada más que en forma lateralizada. Lo cierto es que los actores aportan y mucho, sobre todo porque absorven las enseñanzas, trasladan las instrucciones, buscan construír un grupo homogéneo, asumen sinceramente que son parte de un todo, pero saben quizás que no la primera. Es decir, quizás la metáfora de la praxis yóguica sobre el aprendizaje se haya colado en su estructura corporativa: interés, aprendizaje, voluntad, aceptación, esfuerzo, contención.
Y, coincidentemente, habría que agregar que el propio Hugo Pérez, ante el estreno en dicha sala comercial con un montaje adaptado, ha declarado lo que puede leerse en el último número de EL PAÏS del viernes 20 de septiembre, "La semana de Madrid". Que no hay que tomarse lo que se cuenta en la obra al pié de la letra respecto a la vida de Raquel Meller, sino que: "más bien ofrece unos ambientes, un aliento femenino, un deambular poético por los hechos. A veces se da una pirueta, otras un trago amargo, los más una intuición acertada o un desengaño"  .
Copio esto, que puede derivarse de esa entrada de la obra en el circuito comercial, porque en la presentación inicial en la Sala Tribueñe, años ha, se comentaba por varios interlocutores y participantes, que la obra era una clara referencia a la vida, gestos, comportamientos y momentos de la vida de la artista. Claro que el mismo título de "Por los ojos de Raquel Meller" puede interpretarse como evocación del contexto referencial, el nicho ecológico existente, en relación a la propia cantante y su obra.
 
Norberto Spagnuolo / Publicado en Facebook
septiembre de 201