domingo, 24 de abril de 2011

Yllana utiliza similar idea-guión para dos espectáculos. ¿Cuál es el mejor?

Hace poco, en estas mismas páginas, comentamos el interés del espectáculo de mimo y música "PA-GAG-NINI, bajo idea y guión del propio grupo Yllana y el extraordinario violinista de origen armenio Ara Malikian. El mismo Malikian era el director musical y uno de los intérpretes, acompañado por otros tres bien dotados músicos haciéndonos disfrutar de su dominio de instrumentos de cuerda, tres violines y un cello. El espectáculo, claramente inspirado en las comedias bufas del cine mudo (de entre otros los Hermanos Marx), con un toque recordatorio de la aportación del conjunto argentino "Les Luthiers" a este tipo de espectáculos músico-disparatados. La gran virtud de PA-GAG-NINI era la calidad y virtuosidad sobresaliente de los intérpretes haciendo música inicialmente seria puesta al servicio de una bufonada grotesca, con algunos gags de cierta calidad y acierto. En su momento, nuestra única crítica fué que el espectáculo no contuviera una mayor presencia de números de seriedad musical completa, porque parecía resentirse de la falta de ese contrapunto, sobre todo a la vista, y al oído, de intérpretes tan bien dotados.
Ahora, el grupo Yllana, nos presenta su propio espectáculo músico-divertente, gestual y casi mudo apoyado en las mismas ideas y estructura, gags similares, similar interacción con el público e igual cantidad de intérpretes, con similar reparto de aportación de intérpretes más conocidos o famosos. En este caso figura como co-director, co-creador y productor, el conocido percusionisa Bulbul, versado además en multitud de recursos de sonido y aparatos electrónicos de su propia creación.
Sin embargo, aparte de la deslumbrante tecnología sonora y aparencial utilizada como recurso musical a partir de todo tipo de instrumentos o elementos percusionables, en este espectáculo denominado "SENSORMEN" el resultado es mucho más pobre y falto de ritmo y energía, eso sí puesto escénicamente con mucha calidad y muy acorde con los sonidos-música que salen de los extravagantes aparatos, excelente iluminación, igual que los recursos de vestuario que los acercan visualmente a un grupo futurista de legionarios romanos o gladiadores. Los intérpretes muestran vocación y preparación, se mueven sin exagerar y mantienen el espíritu de parodia, de artificio sonoro de cachondeo, pero no llegan a conseguir una unidad que era patente en el espectáculo montado con Ara Malikian. En definitiva, mucha tecnología sonora elogiable, pero pobre aprovechamiento interpretativo con una imagen y recursos relativamente pobres y antiguos, más bien pertenecientes al mundo de los aficionados al circo más elemental.