En 1965 llegaba a Madrid con una beca del Instituto Argentino
de Estudios Técnicos en el Extranjero (I.A.E.S.T.E), destinada en realidad a
hacer prácticas pre titulación en la Empresa de Construcciones San Martín.
Luego, dicha beca se alargó otro año para hacer lo mismo en Roma, Italia, en el
enorme estudio ítalo americano del grupo Mc Gaufhy, Marshall y Mac Millan de
Boston, con el encargo de reconstruir un hospital derribado por un reciente
terremoto en la ciudad de Barce, Libia. Y ya, rápida y fácilmente, estaba de
vuelta en Madrid, con empleo, casado, y dispuesto a integrarme en mi nueva
"arquitectura" personal.
A finales de esos '60s me enviaron a formar parte del equipo
técnico para el desarrollo del proyecto, ganador de un concurso internacional, el
del Centro AZCA de Madrid. Estudio técnico formado por un grupo variopinto de
personas, jóvenes arquitectos, aspirantes a serlo, delineantes, administrativos,
etc. Todo concluiría con la presentación de una magna exposición en los salones
de la EXCO situada en Nuevos Ministerios, y dependiente de Obras Públicas,
Urbanismo y Vivienda.
La propuesta inicial de Antonio Perpiñá, arquitecto recibido
en Cataluña en 1945, con una ya larga y meritoria carrera y ganador del
mencionado concurso, estaba aún fresca y necesitaba de una primera cochura,
aunque las bases programáticas y la localización de volúmenes, así como la
estructuración urbanística estaban perfectamente determinados, con un orden
matemático y espacial ordenador típico en las obras urbanas del mencionado
arquitecto, que no por nada era hijo del afamado geógrafo de igual apellido.
Ahora, la alcaldesa Ana Botella parece decidida a volver a
reordenar bajos, espacios, decoraciones e informaciones de centro ciudad
secundario de espacio único, como fue pensado y diseñado, pero tratando de
solucionar los problemas que el lento desarrollo, la mala gestión
administrativa, y la voluntad limitada de los promotores terminaron por
llevarlo a ese caos de comportamientos, diurno y peor nocturno ("Túneles,
zonas oscuras y recovecos"), como un mal ejemplo de ciudad oscura y
peligrosa, ampliando medidas de protección ambiental y limitación de algunos
usos terciarios especialmente complicados, hasta llegar a acusar al ámbito
dominado por ellos como de "Inseguridad subjetiva" con trascendencia
"endémica".
El diseño máximo nunca fue abordado por el Plan Especial que
le dio origen, se permitieron usos sin un adecuado diseño específico sobre cada
una de las parcelas de reparto de la titularidad del suelo asignadas, salvo las
de volumen, usos, y cierta coordinación de continuidad genérica para organizar
la correspondencia espacial de esas más de 20 has. de superficie. Se generaron
así muchas zonas, pasajes, enlaces y escaleras que acabaron siendo sólo de inter
comunicación, sin usos controlados y controladores, oscuras, continuas, sobre
todo en el frente de la calle Orense.
Es evidente que al menos este corredor bajo nivel e intermedio,
longitudinal, entre la calle dicha y los grandes espacios interiores, hubiera
necesitado de un Plan Especial o de Detalle, coordinador y de obligado diseño y
usos concretos, para erradicar tal posibilidad. Pero en aquellas épocas esto se dejaba al azar
de cada proyecto específico, confiando en el antiguo "orden público".
Sí, hacia falta esta prometida reforma cosida con especiales
medidas sobre usos y sus controles, pero lleva ya cinco años de demora, y más
desde que se conocen todos los desmanes y peligros por los que uno se aventura
si va por ahí, tarde y embriagado por algo, o alguien.
Terminamos los trabajos de ajuste, montamos la exposición que
fue visitada por numeroso público, futuros inversores, propietarios de suelo,
técnicos y personas en general. Todo ello fue apoyado por un estudio de
movilidad e impacto realizado por un conocido y respetado especialista que
nunca pudo ser cumplido, satisfecho, ni justificado. Ese magno espacio de multi
diversidad insertado en medio de otro ha generado múltiples conflictos, en
parte solucionados por ciertos cambios de uso originales (El Proyectado Palacio
de la Ópera de Madrid se quedo en torre de oficinas de 50 plantas), y el
acertado sistema de sótanos de servicios, aparcamientos múltiples conectados
verticalmente, y calles de distribución y enlace de tráfico y cruce
interior/exterior.
El arquitecto Antonio Perlina insistió en repetir el esquema
en otros varios proyectos de ordenación de grandes manzanas, como por ejemplo
la del antiguo Estadio Metropolitano del club Atlético de Madrid, al final de
la avenida de Reina Victoria, Cuatro Caminos, donde los problemas no
aparecieron evitando permitir zonas interiores de consumo y servicios, aunque
sí están en la periferia, sobre todo vinculadas a la actividad universitaria y
de empresas.
Yo seguí trabajando con ellos hasta finales de 1974, y
siempre les estaré agradecido por sus enseñanzas técnicas y creativas, tanto en
arquitectura como en urbanismo, así como por su estupenda calidad en el trato
personal.
Diplomado en Ordenación del Territorio (ETSICCP)
Diseñador Urbano
Inner
Architect (ETSAM/COD-DIM)
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