domingo, 18 de noviembre de 2007

LA CIUDAD. Poemas

LUNA RASANTE
Abril 2000


A ras de suelo,
miles de lunas navegan el horizonte
en multiplicados pares.
Lunas de luz, como centellas,
se entrecruzan alumbrando
el gigantesco e infinito camino,
buscándote en la noche. 535

Pero no puedes contemplarlas
con esa tristeza ausente del que añora,
ni pedirles que alumbren tu amor distante,
ni bañarte por horas
en su melancólica calidez de plata.
Sólo puedes preocuparte por que
pasen fugaces, como insectos voladores,
por que te deslumbren como un rayo,
te apunten directamente a la cara,
al vientre, al desolado pecho solitario,
y disparen ráfagas de xenón,
o de tugsteno incandescente. 547

Rabiosas, posesivas,
recortan tu silueta como si fuera de papel,
la abaten sobre el asfalto convertida en sombra,
la arrastran hasta fundirla con la noche.
Y en menos de un segundo,
te han sumergido para siempre
en su cara oculta,
que de verdad no existe. 555

Y luego otra. Y luego, otra. 556


COMO MUJERES
Abril 2000

Ciudades como mujeres,
de intrincados laberintos
y oscuras hendiduras olorosas.
De abiertas calles y colinas,
y cálidos refugios de sol y aire. 561

En ellas florecen todas las
ideas, el entrecruzar de razas,
y la semilla del futuro fructifica
en el seno social y laborioso.
Apasionadamente ambiguas
y cambiantes, maternales y protectoras,
o temibles y duras como el hombre
en la batalla, niegan hoy el pan,
y mañana, fraternales, lo regalan. 570

En la esquina donde se cruza
el mundo, casi en el mismo instante,
un farol ilumina la vida, y su sombra
da cobijo a la muerte solitaria. 574



EL SUR SI EXISTE
Mayo 2000

Dicen que el Sur no existe,
como si el mundo acabara
en la cintura ecuatorial
del universo. O cómo
si quisieran hurtar su parte
más doliente y oscura;
la escondida y recóndita raiz
en que se apoya todo. 582

Yo lo he visto. Hay un sur
en cada uno de nosotros, y en
cada país, en cada continente.
Es todo lo que no queremos,
lo que deseamos ocultar,
lo que nos arrastra hacia
el espacio primigenio y oscuro. 589

Somos una infinita colección
de objetos con cintura partida,
boqueando cucharadas de aire
por arriba, y el resto del cuerpo
fieramente gangrenado. 594

¡El Sur, sí existe!. Vive,
aunque vaya muriendo
de la otra parte. 597



UNA PERMANENTE SOLEDAD
2000

No se detendrá
este acumular de circunstancias
convertida en ordenada materia.
Pero el trazo será siempre equívoco,
y diferencial. 602

Una multiplicación espantosa
de centros y suburbios
creciendo sobre la naturaleza
como hierba salvaje,
ocupando los primitivos y sabios
caminos del hombre. 608

Una casa solitaria convertida
en barrio, un farol en la esquina
anunciando el centro comercial,
una gran plaza sin árboles
justo donde pastaban los corderos.
Y una permanente soledad
de multitudes, meando
en las esquinas. 616

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