Miedo da volver al Laberinto escandinavo plagado de oscures rincones de desesperanza, cabreo, tiempo mal empleado, barreras interiores sin mapa (y menos GPS) para navegar buscando "La Salida/La Solución".
Sin embargo un día de arrojo extemo vuelvo, reclamo la absurda composición de un producto con dos partes que si te falla/falta la una, debes volver a comprarlas todas. Y tú reclamas, en vivo y en directo, a agentes representates del servicio Atención al Cliente que no tienen la capacidad decisoria pertinente, pero tampoco entienden las contradicciones del sistema que recarga las espaldas económico-temporales del Cliente-Usuario-Consumidor, culpable de no entender el complejo fenómeno regulador espacio-temporal del monstruo ofertante de consumo. Te llegan a decir: "Cómprelo en LEROY-MERLIN, a lo mejor le sirve. Algunos clientes me lo han dicho". IKEA sí parece tener un solucionador aparente de estas contradicciones entre oferta-demanda y desvíos de la producción respectiva. Pero quizás el mío no es el caso. Sí señores, el tema de los Copetes de mesadas de muebles de Cocina, a pesar de su fragilidad histórica, que no resiste ni está incluído en esa fabulosa propuesta de "25 años de Garantía para sus muebles de Cocina", no resiste más de cuatro años, con suerte, colocado.
Ya sabeis, si IKEA no te resuelve el asunto propio, vete a LEROY-MERLIN, a encontrar algo parecido
ARTE, ARQUITECTURA, URBANISMO Y LITERATURA EN UNA VISIÓN DE LA REALIDAD DESDE LA ENSOÑACIÓN.
sábado, 12 de mayo de 2012
martes, 1 de mayo de 2012
¿MAX...-TEATRAL- MADERA....? Premia que algo queda.
Ayer, Lunes 30 de Abril de 2012 se entregaron los XV PREMIOS MAX DE TEATRO, celebrados en el Circo Price de Madrid (bonito lugar para cómicos y titiriteros), con gran alborozo de época oscura entre los concelebrantes. Oficiaba la maravillosa y teatralmente comprometida desde lo inmediato Petra (Penitencia) Martínez, repitiendo el papel de maestra de ceremonias que ya encarnara en igual lugar y diverso espectáculo circense light.
Gran alborozo entre los presentes, y más entre los candidatos a premios que siempre alegan que no se lo esperaban, pero sí los desearían- merecerían, y más el otro nominado y el propio compañero no seleccionado. Sí, emocionante acto de ese caldo cultural del arte expresivo que es el Teatro bien entendido, y con algunos guiños, pocos, a las circunstancias del momento: recortes de subvenciones y capital de producción, transformación de compañías en cooperativas, esfuerzos patrocinadores de los mismos actores tratando de salvar y salvarse. Bueno, pero al final tienen su recompensa, entre los pares, frente a los públicos, de cara a la administración cultural que les aprieta el cinturón de la expresividad y la denuncia por donde más duele. Y se divierten, se emocionan, se exaltan y escenifican con su gran carga de humanidad expresiva. ¿Pero responden realmente a las necesidades actuales de espejo argumentador-clarificador y de denuncia que la sociedad parece necesitar en estos momentos? A veces, algunos. Sí contribuyen en general a que la sociedad se divierta, despeje, distraiga por lo menos. De ahí el triunfo del musical en una sociedad que salvo el tradicional teatro de revistas, la zarzuela y la ópera para abonados con posibles lo había ignorado hasta hace poco. Ahora, la mayoría de actores que quieren ganarse la vida cantan, bailan y hasta trabajan en pelota picada. Menos mal, habrá que agradecer una vez mas al Hollywood y hasta al Bollywood por tal aggiornamiento profesional aunque cuenten tonterías, las justas, y cosas de animales humanizados (¿No es al revés?)
España, en parte gracias a ello, ha evolucionado mucho en la oferta teatral en cantidad, variedad -no tanto, hay acostumbramientos y tradiciones repetidas- calidad y formación de actores y demás participantes en el hecho teatral, incluso en autores nuevos, en técnicos modernizados y demás. Se abren teatros, casi siempre independientes, alternativos, cooperativos, pequeños. Se abren salas que acojen a otros grupos para mantener el propio, las instituciones sociales -Comunidad, Ayuntamiento, Estado- los suelen utilizar para sus propias programaciones y aportan subvenciones, a veces pagadas tardíamente, y facilidades propagandísticas. ¿No son pues los teatreros personas relevantes en la sociedad, conocidas, famosas, agasajadas..., y que incluso pueden terminar aterrizando en el cine, cosa mucho más esplendorosa por su resonancia y difusión?
En medio de tanta felicidad teatral, recordaba yo el acto manifiesto del teatro argentino en plena represión de la dicatadura militar, años finales de los 70, Teatro General San Martín, Buenos Aires Capital Federal. Actores y profesionales que se la jugaban duramente para mantener su independencia y la de los ciudadanos, la libertad, concientes de que estaba en juego mucho más que el poder hacer una obra de denuncia, una obra que contara la verdad de las circunstancias ante un pueblo sometido, acallado, secuestrado, torturado.
Esperemos no llegar nunca más a eso, esperemos que todo esto no sea más que un susto, incluso teatral, que nos quieren dar los autoproclamados dueños de la historia para reconducirnos por el buen camino, eso sí, con peaje pagado.
Gran alborozo entre los presentes, y más entre los candidatos a premios que siempre alegan que no se lo esperaban, pero sí los desearían- merecerían, y más el otro nominado y el propio compañero no seleccionado. Sí, emocionante acto de ese caldo cultural del arte expresivo que es el Teatro bien entendido, y con algunos guiños, pocos, a las circunstancias del momento: recortes de subvenciones y capital de producción, transformación de compañías en cooperativas, esfuerzos patrocinadores de los mismos actores tratando de salvar y salvarse. Bueno, pero al final tienen su recompensa, entre los pares, frente a los públicos, de cara a la administración cultural que les aprieta el cinturón de la expresividad y la denuncia por donde más duele. Y se divierten, se emocionan, se exaltan y escenifican con su gran carga de humanidad expresiva. ¿Pero responden realmente a las necesidades actuales de espejo argumentador-clarificador y de denuncia que la sociedad parece necesitar en estos momentos? A veces, algunos. Sí contribuyen en general a que la sociedad se divierta, despeje, distraiga por lo menos. De ahí el triunfo del musical en una sociedad que salvo el tradicional teatro de revistas, la zarzuela y la ópera para abonados con posibles lo había ignorado hasta hace poco. Ahora, la mayoría de actores que quieren ganarse la vida cantan, bailan y hasta trabajan en pelota picada. Menos mal, habrá que agradecer una vez mas al Hollywood y hasta al Bollywood por tal aggiornamiento profesional aunque cuenten tonterías, las justas, y cosas de animales humanizados (¿No es al revés?)
España, en parte gracias a ello, ha evolucionado mucho en la oferta teatral en cantidad, variedad -no tanto, hay acostumbramientos y tradiciones repetidas- calidad y formación de actores y demás participantes en el hecho teatral, incluso en autores nuevos, en técnicos modernizados y demás. Se abren teatros, casi siempre independientes, alternativos, cooperativos, pequeños. Se abren salas que acojen a otros grupos para mantener el propio, las instituciones sociales -Comunidad, Ayuntamiento, Estado- los suelen utilizar para sus propias programaciones y aportan subvenciones, a veces pagadas tardíamente, y facilidades propagandísticas. ¿No son pues los teatreros personas relevantes en la sociedad, conocidas, famosas, agasajadas..., y que incluso pueden terminar aterrizando en el cine, cosa mucho más esplendorosa por su resonancia y difusión?
En medio de tanta felicidad teatral, recordaba yo el acto manifiesto del teatro argentino en plena represión de la dicatadura militar, años finales de los 70, Teatro General San Martín, Buenos Aires Capital Federal. Actores y profesionales que se la jugaban duramente para mantener su independencia y la de los ciudadanos, la libertad, concientes de que estaba en juego mucho más que el poder hacer una obra de denuncia, una obra que contara la verdad de las circunstancias ante un pueblo sometido, acallado, secuestrado, torturado.
Esperemos no llegar nunca más a eso, esperemos que todo esto no sea más que un susto, incluso teatral, que nos quieren dar los autoproclamados dueños de la historia para reconducirnos por el buen camino, eso sí, con peaje pagado.
jueves, 12 de abril de 2012
PABLO GUERRERO: ¡A cántaros!. Y a pequeños chorros, también
Círculo de Bellas Artes de Madrid, Miércoles 11 de Abril de 2012, 21,00 hs. Recital Pablo Guerrero y amigos en recordación de la potente necesidad de que llueva. 40 años de ¡A CANTAROS!, canción protesta que aterrizó casi en primicia en el OLYMPIA de París, y nos acompaña hasta hoy, en medio de la sequedad que nos ahoga.
Teatro Fernando de Rojas, 2ª Planta del Centro. Lleno, mayoritariamente de segundas y terceras edades que vienen gritando lo mismo desde entonces, y una pequeña presencia de jóvenes que lo gritan desde hace menos, ahora mismo, mañana necesariamente. Siempre necesitaremos que nos limpien, nos laven por dentro y por fuera, a nosotros, al entorno, a lo oscuro.
Estupendo grupo musical acompañante dirigido por Luis Mendo, con la presencia de Nacho Saenz de Tejada, antiguos compañeros del siempre cálido, amable, encantador, antidivo, eterno Pablo Guerrero, retraído cantador de su tierra y la de todos, desde lo profundo a lo etéreo, tanto que seguir sus versos de ahora se hace dolorosa y gozosamente intrincado, volaverunt de imágenes personales pero compatibles flotando siempre por el aire del conocer y compartir a los otros. Aires medioambientales y antropológicos que huelen a tierra necesarioamente mojada.
¡A CANTAROS!, vaya chaparrón de quejas que aún nos empapan. ¡Qué fuerza aquella! ¡Qué estampa la de Pablo entonces, arremetiendo poéticamente contra la barbarie! Cantautor admirado, discipulado, como mostraba la presencia de amigos y compañeros de historia, y cátedra cantante y compositora: Santiago Castelo, Clara Ballesteros, Juana Vázquez, Beatriz Blanco, Olga Román, Fernando Guerrero, Javier Rodriguez Marcos, Raquel Lanseros, Ismael Serrano, cerrando con Pablo y Olga Román la nueva entonación de la celebrada canción eterna. ¡A CÁNTAROS!
Pero Pablo nos acerca también y ahora, el pequeño cuenco para que bebamos sus nuevas canciones tiernas, sensibles, apegadas a la tierra y los hombres como siempre, a los encuentros. Nada de gritos más bien susurros, casi ruegos, plegarias para que los hombres y mujeres se amen, sean amados y se integren en el mundo.
Creo que conozco pocos cantautores de los de antes que hayan evolucionado tanto en el sentido y forma de sus letras y músicas, muchas de ellas compartidas con amigos autores y cantantes. Y en la frondosidades de sus publicaciones de poesía, quizás a razón de una al año, plenas de imágenes y realidades sugerentes, combatiendo de otra forma. Y su propia imagen de cantor-persona que a todos nos subyuga por su cercanía, su bondad, su resistencia y perseverancia.
Gracias Pablo, sigues dando mensajes maravillosos, escritos, cantados, ejecutados.
Para los que la desconozcan por haber sida prohibida su emisión cuando le correspondía, en plena etapa pre-constitucional de TVE y junto a las de otros cortos sobre sus compañeros cantautores del momento, sí emitidas: "YO CANTO. Pablo Guerrero", 1977. Dirigida por Luis Sanchez de Enciso, co-interpretada por sus músicos de entonces, Nacho Saenz de Tejada entre otros, por amigos actores, por su propia mujer Charo, siempre a su lado, por Chelo Vivares, y otros compañeros y amigos. Deberían volver a emitirla, hubiera sido interesante proyectarla en este homenaje a su canción y establecer, visual y sensiblemente, esos 40 años de todo.
Norberto Spagnuolo di Nunzio
12/04/2012
Teatro Fernando de Rojas, 2ª Planta del Centro. Lleno, mayoritariamente de segundas y terceras edades que vienen gritando lo mismo desde entonces, y una pequeña presencia de jóvenes que lo gritan desde hace menos, ahora mismo, mañana necesariamente. Siempre necesitaremos que nos limpien, nos laven por dentro y por fuera, a nosotros, al entorno, a lo oscuro.
Estupendo grupo musical acompañante dirigido por Luis Mendo, con la presencia de Nacho Saenz de Tejada, antiguos compañeros del siempre cálido, amable, encantador, antidivo, eterno Pablo Guerrero, retraído cantador de su tierra y la de todos, desde lo profundo a lo etéreo, tanto que seguir sus versos de ahora se hace dolorosa y gozosamente intrincado, volaverunt de imágenes personales pero compatibles flotando siempre por el aire del conocer y compartir a los otros. Aires medioambientales y antropológicos que huelen a tierra necesarioamente mojada.
¡A CANTAROS!, vaya chaparrón de quejas que aún nos empapan. ¡Qué fuerza aquella! ¡Qué estampa la de Pablo entonces, arremetiendo poéticamente contra la barbarie! Cantautor admirado, discipulado, como mostraba la presencia de amigos y compañeros de historia, y cátedra cantante y compositora: Santiago Castelo, Clara Ballesteros, Juana Vázquez, Beatriz Blanco, Olga Román, Fernando Guerrero, Javier Rodriguez Marcos, Raquel Lanseros, Ismael Serrano, cerrando con Pablo y Olga Román la nueva entonación de la celebrada canción eterna. ¡A CÁNTAROS!
Pero Pablo nos acerca también y ahora, el pequeño cuenco para que bebamos sus nuevas canciones tiernas, sensibles, apegadas a la tierra y los hombres como siempre, a los encuentros. Nada de gritos más bien susurros, casi ruegos, plegarias para que los hombres y mujeres se amen, sean amados y se integren en el mundo.
Creo que conozco pocos cantautores de los de antes que hayan evolucionado tanto en el sentido y forma de sus letras y músicas, muchas de ellas compartidas con amigos autores y cantantes. Y en la frondosidades de sus publicaciones de poesía, quizás a razón de una al año, plenas de imágenes y realidades sugerentes, combatiendo de otra forma. Y su propia imagen de cantor-persona que a todos nos subyuga por su cercanía, su bondad, su resistencia y perseverancia.
Gracias Pablo, sigues dando mensajes maravillosos, escritos, cantados, ejecutados.
Para los que la desconozcan por haber sida prohibida su emisión cuando le correspondía, en plena etapa pre-constitucional de TVE y junto a las de otros cortos sobre sus compañeros cantautores del momento, sí emitidas: "YO CANTO. Pablo Guerrero", 1977. Dirigida por Luis Sanchez de Enciso, co-interpretada por sus músicos de entonces, Nacho Saenz de Tejada entre otros, por amigos actores, por su propia mujer Charo, siempre a su lado, por Chelo Vivares, y otros compañeros y amigos. Deberían volver a emitirla, hubiera sido interesante proyectarla en este homenaje a su canción y establecer, visual y sensiblemente, esos 40 años de todo.
Norberto Spagnuolo di Nunzio
12/04/2012
miércoles, 4 de abril de 2012
"LA LUZ DEL MUNDO", HASTA QUE SE ACABE
El cariño, la solidaridad antigua, su pérdida en plena edad madura, nos impulsan a aceptar una amable invitación al estreno de un corto donde nuestra amiga Marina figura como protagonista. Acompañamos con Celia a su madre, Nelly, estupenda artista plástica argentina que llora su pérdida, y asume con valentía el volver a verla aunque sólo sea en la pantalla. Al entrar en la sala (Cine Berlanga, sesiones SGAE en corto), es esa pantalla la que nos enfrenta a una potente fotografía, la misma que durante la reciente Gala de los Goya, de la Academia del Cine español, también flotó sobre el Palacio de Congresos para recordarla entre tantos compañeros desaparecidos. Hermosa, bien plantada, como aguardando tranquila. La madre se emociona, también nosotros. Tan bella, tan limpida.
"LA LUZ del MUNDO", un corto con apariencia de Cómic filmado, y filtrado desde Storys Boards de excelente factura. Excelente fotografía en dominancia blanco-negro con atisbos sepias. Excelente música también, salida de fuentes electrónicas, adecuada a lo que se va contando. El corto intercala dibujos abreviando el origen de la historia, su pasado reciente, estupendas imágenes en grises variados también tornados al sepia. Y los personajes del presente encarnados en actores, nuestra amiga y compañeros, otros figurantes, niños, mayores. Temas ya tratados hasta el agotamiento por el cine americano, y en series de la televisión, mundos del futuro, grupos humanos enfrentados, dictadores oscuros y libertarios buscando la luz, pero obligados a las tinieblas de los ojos que no ven, que no sienten. Ellos no, ellos escapan, ellos quieren ver, saber. .
Buenos escenarios bien fotografiados y montados, lados sucios de la ciudad, ruinas, basureros, refugio de los más oprimidos (recuerdo aquí algunas imágenes de la saga Terminator). Y una niña, símbolo perenne en cualquier historia de la esperanza que nos sucederá. Y una madre, otra vez una madre, la que busca, la que protesta, la que lucha, la que protege: Mi amiga, maquillada para la guerrilla. Los protagonistas encarnados por actores apenas sobre salen sobre el dominio del Cómic relatado, dibujado, inmersos en la potencia de la música que oculta sus palabras. No tienen tiempo de expresarse, de encarnar realmente a sus personajes de carne y hueso. El final: Un enviado de los malvados, de los usurpadores y cegadores, rapta la esperanza, rapta a la niña, la niña que ya ve, y lee, y comprende...
Quisiéramos haber entendido más. Pero más nos importa la fuerza con que este grupo de jóvenes nos presenta su enorme esfuerzo de trabajo, sus ilusiones, sus creencias, a base de auto financiarse, de trabajar gratis, de sacrificar para santificar su obligada vida en el mundo de los dominadores reales.
Mi amiga, exigente actriz buscadora de esperanzas e ilusiones vitales, navegante esforzada por todos los mares de la representación y la creación, quizás esté aún dándole vueltas a la historia, a su papel de ficción, a su papel de persona.
A ti MARINA DURANTE, que luchaste contra lo perverso de este mundo desde que eras una niña, como la del corto.
Norberto Spagnuolo di Nunzio / Celia García Camarero
"LA LUZ del MUNDO", un corto con apariencia de Cómic filmado, y filtrado desde Storys Boards de excelente factura. Excelente fotografía en dominancia blanco-negro con atisbos sepias. Excelente música también, salida de fuentes electrónicas, adecuada a lo que se va contando. El corto intercala dibujos abreviando el origen de la historia, su pasado reciente, estupendas imágenes en grises variados también tornados al sepia. Y los personajes del presente encarnados en actores, nuestra amiga y compañeros, otros figurantes, niños, mayores. Temas ya tratados hasta el agotamiento por el cine americano, y en series de la televisión, mundos del futuro, grupos humanos enfrentados, dictadores oscuros y libertarios buscando la luz, pero obligados a las tinieblas de los ojos que no ven, que no sienten. Ellos no, ellos escapan, ellos quieren ver, saber. .
Buenos escenarios bien fotografiados y montados, lados sucios de la ciudad, ruinas, basureros, refugio de los más oprimidos (recuerdo aquí algunas imágenes de la saga Terminator). Y una niña, símbolo perenne en cualquier historia de la esperanza que nos sucederá. Y una madre, otra vez una madre, la que busca, la que protesta, la que lucha, la que protege: Mi amiga, maquillada para la guerrilla. Los protagonistas encarnados por actores apenas sobre salen sobre el dominio del Cómic relatado, dibujado, inmersos en la potencia de la música que oculta sus palabras. No tienen tiempo de expresarse, de encarnar realmente a sus personajes de carne y hueso. El final: Un enviado de los malvados, de los usurpadores y cegadores, rapta la esperanza, rapta a la niña, la niña que ya ve, y lee, y comprende...
Quisiéramos haber entendido más. Pero más nos importa la fuerza con que este grupo de jóvenes nos presenta su enorme esfuerzo de trabajo, sus ilusiones, sus creencias, a base de auto financiarse, de trabajar gratis, de sacrificar para santificar su obligada vida en el mundo de los dominadores reales.
Mi amiga, exigente actriz buscadora de esperanzas e ilusiones vitales, navegante esforzada por todos los mares de la representación y la creación, quizás esté aún dándole vueltas a la historia, a su papel de ficción, a su papel de persona.
A ti MARINA DURANTE, que luchaste contra lo perverso de este mundo desde que eras una niña, como la del corto.
Norberto Spagnuolo di Nunzio / Celia García Camarero
IKEA, el laberinto escandinavo
Soy consumidor restrictivo, apoyo pues el sentimiento "Decrecivo", menos consumo más felicidad, mejor medio ambiente. Sin embargo a veces uno necesita adquirir reemplazos, completar. IKEA, gigantesco intermediario productor de elementos hogareños para la clase media europea y mundial, trata de no dejarte. Tenía yo un pequeño problemilla porque el sistema no lo tiene todo solucionado. Justamente en La Cocina, ámbito donde la Casa te garantiza por 25 años la construcción e instalación de los muebles, y por otros cinco los electrodomésticos, sin embargo hay una pequeña e insignificante linealidad de pieza, el "COPETE", señor protector de La Mesada que siendo dura su tarea, quizás más que la de muchos muebles, no goza de tal garantía. Los Copetes del simpático nombre que vende IKEA en el ámbito de su oferta de muebles de cocina, no pueden ser más débiles para lo que deben afrontar, el trasiego contínuo y diario de la mano de obra cocinera sobre el plano de servicio. Construído además a base de piezas larguiruchas y remates de esquina en tímido plastificado, necesita pequeñas piezas también delicadas y atacables. Pues hete aquí que el sistema magno no tiene soluciones claras para ello, además de no tener garantía, por lo que si eres persona pulcra como a los escandinavos les gusta ser, y te incomoda que tus copetes y remates anden hechos un asco ,vas y tratas de bucear a la búsqueda de soluciones. ¿Hay copetes, alguien te los coloca, son parecidos a los que compré y me instalaron aquel día? Ardua tarea hasta que descubres, preguntando a diestro y siniestro, mandando mails a Atención del Cliente, investigando en el último catálogo, o auscultando a los sufridos instaladores de la subsidiaria MONTA-PLUS, que sí, pero que para conseguirlos te tienes que dar la vuelta por la central más cercana a tu domicilio, 20 kilómetros más allá. ¿Pero, no es posible, pregunto, no es posible que los encargue, me los traigan y los vengan a montar? Que va, que va. Pues al mastodonte IKEA, ¡hala!. Uno trata de atajar caminos y circunstancias, como si no quisieras molestar. Entras por la Salida y Cajas y preguntas al agente que informa, y te dice: - No, hay que subir a Planta, Cocinas, y encargarla allí. Luego baja, lo paga, y retira el producto en la zona de Atención al Cliente. -¿Y dónde queda Cocinas? - Vaya por aquí dentro y suba a la primera.
No es tan fácil. Para subir tienes que recorrer todas las secciones y ofertas de la Planta Baja, y cuando consigues localizarla, luego de preguntar a varios y escurridizos agentes, el último te indica con gran desparpajo: -¡Justo aquí arriba! Y te lo imaginas tan cerca que te alegras y casi le das un beso (sobre todo porque es una guapa muchacha). Pero no es así, encontrar la dichosa escalera te cuesta otras cuantas secciones inútiles para tus necesidades, pero golosas para casi todos, sobre todo para las mujeres, solas, en grupo comentado, con niños volátiles a cargo, pero siempre esperanzadas, contentas como si estuvieran por la calle Serrano o La Gran Vía, con todo el tiempo del mundo como para llegar hasta la mismísima Escandinavia. Por fin la dichosa escalera, pero ya estás tan cansado que te tomas el ascensor, un ascensor, pero el bendito te deja en el mismo sitio aunque una planta más arriba, y tienes que empezar de nuevo a buscar la seccion cocinas, y sigues la gran flecha que te lleva donde quieres, pero pasando por todos los sitios que no quisieras, no por nada, sino porque eres convencido ahorrador hasta de tu propia energía.
Al fin la encuentras, la sección y una agente que, como si fuera lo más natural del mundo te hace una nota de pedido, y te cuenta lo mismo que la primera, la de la sección Cajas y Salida de la Planta Baja: - Va usted a Cajas-Salida, paga y retira la mercancía en los mostradores de Atención al Cliente. - ¿Y dónde contrato el montaje?. -Al lado, en Servicio de Montajes.
Tú aprovechas y te quejas un poco a esa chica que parece tan organizada y segura como si fuera sueca. ¡Qué difícil es todo esto, y no hay atajos! - Seguro que usted no viene mucho por aquí. ¿Cuando fue la última? - Hace tres años. - ¿Lo ve? Hay que venir más. -¡Pero es que ha cambiado mucho desde entonces! - ¡Por eso!
Bajas, llegas a la Cajas, pasas tu compra, te cobran, y vuelves a preguntar como termina todo, retirar la mercancía, contratar el montaje... Te repiten lo mismo, y vas hacia allí, sacas número, esperas. Hoy te atienden rápido, es miércoles de Semana Santa. Pero te encuentras con otra sorpresa. Ya no es allí donde todos te han indicado que era, sino en otro edificio, que señalan en un plano, dando la vuelta al principal y recorriendo un largo trecho en automóvil. - ¿Y el contratar el montaje? La muchacha que atiende la sección Montajes te mira sorprendida y vuelve a interrogarte sobre tus hábitos de visitar IKEA. - ¡Hay que venir más seguido! Ahora lo debe contratar en la misma sección de Cocinas. O sea, que tienes que volver a desandar el camino, subir a la primera, recorrerte todas las secciones inútiles para tu vida de consumidor presente y llegar agotado a localizar una señorita que vista como la que te acaba de desengañar acerca de la conservación de la memoria. Cuando la localizas, ya agotado, y le preguntas, ella te contesta con la oferta: - 30 euros por el desplazamiento, 40 la hora de montaje. Calculas, y decides que dado que el montaje del dichoso Copete te saldría vez y media su coste asumes montártelo tú mismo, a riesgo de desaguisados varios.
Sales por fin de aquel laberinto inventado por los escandinavos no para premiarte por valiente como en la Creta del Minotauro, sino para hundirte como usuario agotado. Cojes el coche, y te vas, casi seguro con el plano en la mano, a buscar el nuevo edificio donde entregan la mercancía. Llegas, pero te has equivocado y ese SÍ es el edificio de entregas de mercancias, pero pertenece al mastodonte vecino LEROY MERLIN. -¿ E IKEA dónde? -Salga, vuelva por donde ha venido, pase el campo de fútbol, coja el bulevar, y al final está IKEA Mercancías. Cumplo o trato de cumplir con esta enésima recomendación, y llego, aparco, me bajo. El señor del mostrador de entrega me confirma otra horrible novedad que intuía: Las mercancías pueden comprarse allí mismo, en ese simple mostrador, en planta baja con aparcamiento aledaño pero...: - Usted debe saber el código del producto. Y ya, desesperado, derrotado, agotado, gritas para tú mismo: ¡Sí lo tenía, me lo dieron por mail!
¿Tú eres gilipollas o el sistema está viciado! Lo único que te consuela es que has llegado al final del LABERINTO. ¡Bravo IKEA, podría haber aprovechado y comprar durante tanto paseo, un montón de cosas que no necesito!
¡VOLVEREMOS! Pero todo habrá cambiado, menos el Laberinto!
No es tan fácil. Para subir tienes que recorrer todas las secciones y ofertas de la Planta Baja, y cuando consigues localizarla, luego de preguntar a varios y escurridizos agentes, el último te indica con gran desparpajo: -¡Justo aquí arriba! Y te lo imaginas tan cerca que te alegras y casi le das un beso (sobre todo porque es una guapa muchacha). Pero no es así, encontrar la dichosa escalera te cuesta otras cuantas secciones inútiles para tus necesidades, pero golosas para casi todos, sobre todo para las mujeres, solas, en grupo comentado, con niños volátiles a cargo, pero siempre esperanzadas, contentas como si estuvieran por la calle Serrano o La Gran Vía, con todo el tiempo del mundo como para llegar hasta la mismísima Escandinavia. Por fin la dichosa escalera, pero ya estás tan cansado que te tomas el ascensor, un ascensor, pero el bendito te deja en el mismo sitio aunque una planta más arriba, y tienes que empezar de nuevo a buscar la seccion cocinas, y sigues la gran flecha que te lleva donde quieres, pero pasando por todos los sitios que no quisieras, no por nada, sino porque eres convencido ahorrador hasta de tu propia energía.
Al fin la encuentras, la sección y una agente que, como si fuera lo más natural del mundo te hace una nota de pedido, y te cuenta lo mismo que la primera, la de la sección Cajas y Salida de la Planta Baja: - Va usted a Cajas-Salida, paga y retira la mercancía en los mostradores de Atención al Cliente. - ¿Y dónde contrato el montaje?. -Al lado, en Servicio de Montajes.
Tú aprovechas y te quejas un poco a esa chica que parece tan organizada y segura como si fuera sueca. ¡Qué difícil es todo esto, y no hay atajos! - Seguro que usted no viene mucho por aquí. ¿Cuando fue la última? - Hace tres años. - ¿Lo ve? Hay que venir más. -¡Pero es que ha cambiado mucho desde entonces! - ¡Por eso!
Bajas, llegas a la Cajas, pasas tu compra, te cobran, y vuelves a preguntar como termina todo, retirar la mercancía, contratar el montaje... Te repiten lo mismo, y vas hacia allí, sacas número, esperas. Hoy te atienden rápido, es miércoles de Semana Santa. Pero te encuentras con otra sorpresa. Ya no es allí donde todos te han indicado que era, sino en otro edificio, que señalan en un plano, dando la vuelta al principal y recorriendo un largo trecho en automóvil. - ¿Y el contratar el montaje? La muchacha que atiende la sección Montajes te mira sorprendida y vuelve a interrogarte sobre tus hábitos de visitar IKEA. - ¡Hay que venir más seguido! Ahora lo debe contratar en la misma sección de Cocinas. O sea, que tienes que volver a desandar el camino, subir a la primera, recorrerte todas las secciones inútiles para tu vida de consumidor presente y llegar agotado a localizar una señorita que vista como la que te acaba de desengañar acerca de la conservación de la memoria. Cuando la localizas, ya agotado, y le preguntas, ella te contesta con la oferta: - 30 euros por el desplazamiento, 40 la hora de montaje. Calculas, y decides que dado que el montaje del dichoso Copete te saldría vez y media su coste asumes montártelo tú mismo, a riesgo de desaguisados varios.
Sales por fin de aquel laberinto inventado por los escandinavos no para premiarte por valiente como en la Creta del Minotauro, sino para hundirte como usuario agotado. Cojes el coche, y te vas, casi seguro con el plano en la mano, a buscar el nuevo edificio donde entregan la mercancía. Llegas, pero te has equivocado y ese SÍ es el edificio de entregas de mercancias, pero pertenece al mastodonte vecino LEROY MERLIN. -¿ E IKEA dónde? -Salga, vuelva por donde ha venido, pase el campo de fútbol, coja el bulevar, y al final está IKEA Mercancías. Cumplo o trato de cumplir con esta enésima recomendación, y llego, aparco, me bajo. El señor del mostrador de entrega me confirma otra horrible novedad que intuía: Las mercancías pueden comprarse allí mismo, en ese simple mostrador, en planta baja con aparcamiento aledaño pero...: - Usted debe saber el código del producto. Y ya, desesperado, derrotado, agotado, gritas para tú mismo: ¡Sí lo tenía, me lo dieron por mail!
¿Tú eres gilipollas o el sistema está viciado! Lo único que te consuela es que has llegado al final del LABERINTO. ¡Bravo IKEA, podría haber aprovechado y comprar durante tanto paseo, un montón de cosas que no necesito!
¡VOLVEREMOS! Pero todo habrá cambiado, menos el Laberinto!
viernes, 16 de marzo de 2012
A KING-KONG NADIE LE HACE CASO, POR ESO ESTÁ MELANCÓLICO
Sobre todo me refiero al autor de la obra, que acabo de ver dentro de la sección "Las Abadías en Marzo. 2012" (CAM. Teatro de La Abadía. 14/15 del mes), obra a la que ha colocado el resbaladizo título de "La melancolía de King-Kong". ¿Y cómo no? ¿Cómo el más que muerto, y heroicamente muerto, gorilazo romántico no va estar melancólico, si el autor lo resucita para condenarlo a una mediocre pequeño burguesa vida de partenaire fracasado de la rubia Fay -teñida dice, que no me lo creo-, y quitarle sus laureles de resistente salvaje? Oigan, que eso ya lo han hecho las metrópolis occidentales con todos los homólogos, y estos siguen resistiendo, muertos o vivos. En realidad el autor nunca ha querido hablar del fracaso burgués del hombre mono agigantado y brutal en puritita defensa personal. Lo que ha querido, deseado desde siempre, bueno al menos desde que la conoció, es darle a la rubia en carne teatral, nunca mejor encarnada por esa riqueza de actriz que es Lidia Otón, el papelazo que le permite hacer -y cualquier otro también- de esa mujer que alguna vez, románticamente inspirada, fué suya, del gorilón tierno, y los americanos convirtieron en atracción de feria.
Obra bien dirigida -Carlota Ferrer- sobre todo en la concepción dinámica de la escena, sus recursos espaciales, sus juegos si no cinematográficos sí de vídeo casero, como para hacer una porno. Porno latente hay en el espectáculo, y también aires Art Decó, pero todo se queda en truco de vodevill, de varieté de tercera. Y entre esas mezclas posibles y a veces delirantes, una auténtica víborita de escaparate hogareño sacada a relucir en brazos del infante (¿?)
En cambio, debemos castigar y castigamos, como decía "La Codorniz" en aquellos tiempos, al Sr. Autor del texto -José Manuel Mora- por meternos al King-Kong heroico de por medio, y joderlo más que Arhur Miller a su Viajante, dejándose morir, como el gigantesco mono, por abandono social, por arrinconamiento, por pérdida de interés vital.
¿Por qué ha elegido el autor esta triste epopeya de resurreción, y además le ha quitado protagonismo, aunque quiera atraerlo con el título, y se lo ha regalado todo a "la chica"? Por lo que comentábamos más arriba, y porque a las chicas siempre hay que explicarlas más, sobre todo ahora, son más complejas caracterológicamente hablando, y generan más entuertos, acciones, reacciones y despendoles varios, hasta que se dan cuenta de algo, que sabían, pero no "aggiornaban".
¿Por qué este autor juega a tal reencarnación y mantenimiento post morten de la relación iniciada en la selva perdida, y finalizada en el Empire State Buiding al estilo cabalgata de Las Valquirias? ¿Y por que la trivializa, la sodomiza, la vuelve una ruina imposible como la de cualquier pareja donde ella, mujer, tiene salidas varias en un mundo masculino, y el, Gran Mono, sólo afronta el fracaso como Hombre?
Pareja de Performers, indica el autor, pero eso es darle demasiado título a sus oscuros números más propios del Molino Rojo y en segundas. Así que la chica se sacrifica para mantener a la familia, y porque no puede quitarse de encima que era una estrella bajo los focos volátiles del Hollywood dorado. Y oigan, que además comparte hijo que ha engendrdo con el gorila salvaje dominado, y eso implica necesidades económicas varias, y sobre todo sacrificadas. Es decir que el autor hace también un guiño, no se sabe si político o de actualidad, al tema de "la crisis" que nos azota a todos, en especial a los Performers. Sí lo sabrán los de verdad.
Este encarnado retoño de edad tan indefinida como la verdadera catadura monstruosa, resucitada y civilizada del KONG -llamado así cariñosamente en la obra- interpretado por un dúctil actor de buena acción corporal, y que además, para completar la caída del imperio amoroso, da vida al amante millonario y salvador de la Bella sin la Bestia, ex aviador justiciero del mono. Vaya trío en cuadrilátero. Total que el hijo está más apegado al padre, y lo comprende más que su madre, a quién el retoño crecidito atribuye la desgracia familiar por andar por ahí de puta, ella, la otrora grácil y sensible rubia engañadora a la fuerza, cuando se dejó convencer para ir a la Isla Misteriosa a rodar una peli, y la obligaron a ser el anzuelo lujurioso.
Así que: Maravillosa la actoraza, candidata a uno de los próximos MAX de teatro. Asumible el niño-amante (curiosa mezcla escénica propia de Edipo pero disimulando). Y desgraciado de verdad, en historia, texto abreviado, encarnación transformista, del que hace del Gran Mono, escuchimizado al nivel de un simple mortal. Pero el actor hace lo que puede con dignidad, y asume una buena gestura corporal. Yo creo que el que lo ha liquidado de nuevo es el autor, y nunca se lo admitiré. Vaya chiste más malo. (El del autor)
Obra bien dirigida -Carlota Ferrer- sobre todo en la concepción dinámica de la escena, sus recursos espaciales, sus juegos si no cinematográficos sí de vídeo casero, como para hacer una porno. Porno latente hay en el espectáculo, y también aires Art Decó, pero todo se queda en truco de vodevill, de varieté de tercera. Y entre esas mezclas posibles y a veces delirantes, una auténtica víborita de escaparate hogareño sacada a relucir en brazos del infante (¿?)
En cambio, debemos castigar y castigamos, como decía "La Codorniz" en aquellos tiempos, al Sr. Autor del texto -José Manuel Mora- por meternos al King-Kong heroico de por medio, y joderlo más que Arhur Miller a su Viajante, dejándose morir, como el gigantesco mono, por abandono social, por arrinconamiento, por pérdida de interés vital.
¿Por qué ha elegido el autor esta triste epopeya de resurreción, y además le ha quitado protagonismo, aunque quiera atraerlo con el título, y se lo ha regalado todo a "la chica"? Por lo que comentábamos más arriba, y porque a las chicas siempre hay que explicarlas más, sobre todo ahora, son más complejas caracterológicamente hablando, y generan más entuertos, acciones, reacciones y despendoles varios, hasta que se dan cuenta de algo, que sabían, pero no "aggiornaban".
¿Por qué este autor juega a tal reencarnación y mantenimiento post morten de la relación iniciada en la selva perdida, y finalizada en el Empire State Buiding al estilo cabalgata de Las Valquirias? ¿Y por que la trivializa, la sodomiza, la vuelve una ruina imposible como la de cualquier pareja donde ella, mujer, tiene salidas varias en un mundo masculino, y el, Gran Mono, sólo afronta el fracaso como Hombre?
Pareja de Performers, indica el autor, pero eso es darle demasiado título a sus oscuros números más propios del Molino Rojo y en segundas. Así que la chica se sacrifica para mantener a la familia, y porque no puede quitarse de encima que era una estrella bajo los focos volátiles del Hollywood dorado. Y oigan, que además comparte hijo que ha engendrdo con el gorila salvaje dominado, y eso implica necesidades económicas varias, y sobre todo sacrificadas. Es decir que el autor hace también un guiño, no se sabe si político o de actualidad, al tema de "la crisis" que nos azota a todos, en especial a los Performers. Sí lo sabrán los de verdad.
Este encarnado retoño de edad tan indefinida como la verdadera catadura monstruosa, resucitada y civilizada del KONG -llamado así cariñosamente en la obra- interpretado por un dúctil actor de buena acción corporal, y que además, para completar la caída del imperio amoroso, da vida al amante millonario y salvador de la Bella sin la Bestia, ex aviador justiciero del mono. Vaya trío en cuadrilátero. Total que el hijo está más apegado al padre, y lo comprende más que su madre, a quién el retoño crecidito atribuye la desgracia familiar por andar por ahí de puta, ella, la otrora grácil y sensible rubia engañadora a la fuerza, cuando se dejó convencer para ir a la Isla Misteriosa a rodar una peli, y la obligaron a ser el anzuelo lujurioso.
Así que: Maravillosa la actoraza, candidata a uno de los próximos MAX de teatro. Asumible el niño-amante (curiosa mezcla escénica propia de Edipo pero disimulando). Y desgraciado de verdad, en historia, texto abreviado, encarnación transformista, del que hace del Gran Mono, escuchimizado al nivel de un simple mortal. Pero el actor hace lo que puede con dignidad, y asume una buena gestura corporal. Yo creo que el que lo ha liquidado de nuevo es el autor, y nunca se lo admitiré. Vaya chiste más malo. (El del autor)
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crítica teatral
sábado, 19 de noviembre de 2011
NEW WORK BY ÉDUARD LOCK. En Danza Batida y Agitada
Batida y Agitada, ciertamente, exagerando la recomendación clásica de Bond, James Bond para sus selectos combinados. La vemos representada dentro del XXVI Festival Internacional de Danza de Madrid, Teatros -bien por dentro oficinesco por fuera- del Canal de Y-II, por la compañía "La La La Human Steps", que viene a querer decir algo así como "Pasos Humanos interpretados por Massiel".
Según el programa del Festival, el señor Éduard Lock parece ser que "ha re-inventado y desarrollado un lenguaje único" que consiste en "una técnica de ballet, acelerada, precisa y al servicio de la narrartiva deconstruída a partir de dos óperas: Dido y Eneas, de Puercell, y Orfeo y Eurídice, de Gluck."
La primera se apoya en una música barroca inglesa de la segunda mitad del 1.600, melancólica y a veces bronca que aburre bastante. La segunda, escrita hacia finales del 1.700 por el músico director de la ópera vienesa, es más vibrante, sentimental y gracias a la orquesta organizada sobre una base instrumental que va del Jazz al Tango moderno, se acerca a un sonido que nos recordaba al minimalista inglés Michael Nynamm, cosa que consiguió entretenernos bastante más que la primera y sacarnos del sopor dejado por ella.
Pero lo cierto es que la interpretación, la danza en sí, encarnada en catorce agitados, batidos, esforzados y excelentes, mujeres y hombres, bailarines, siguió siendo la misma en ambas piezas o partituras, conducida por esa técnica acelerada y precisa, pero agotadora, no sólo para los intérpretes bien entrenados para estas lides, sino sobre todo para los agitados y batidos espectadores que esperaban, esperábamos, algo más romántico, sentimental, sensual y sensible ballet moderno, y no una re-construcción de las manipulaciones que habrá sufrido el pobre Pinocho mientras su Dios Gepeto lo iría modelando, articulando y contorsionando para enseñarle como sería eso de ir siendo humano.
Tal como el propio programa del Festival parece querer dar a entender en su portada al colocar, justamente, un moderno muñeco articulado, más avanzado que Pinocho, apuntando un paso de ballet.
Lo cierto es que el uso de tal técnica comentada nos ha dejado a nosotros, y a muchos de los otros espectadores según los comentarios escuchados a la salida, bastantes fríos a excepción de esa parte final donde ballet y música sí parecían llevarse bien. Es difícil mantener una hora y media de espectáculo danzante apoyándose practicamente en una misma coreografía repetida con algunas pocas innovaciones, y sobre todo que esa coreografía, esa expresividad de una música y una historia,
fuera tan mecanicista, fría, minimalista en el peor sentido, acelerada, agitada y batida al mismo tiempo, lo que habrá dejado a nuestro heroico agente secreto del M-16 absolutamente a-batido.
Repetida también la iluminación, la puesta en escena y los pocos toques de modificación del espacio, pensamos que a lo mejor para mantener una unidad descriptiva entre las dos bases operísticas.
Alguna vez llegamos a sentir, percibir e incluso desear, el olor de la segura pluritranspiración de los intérpretes, amén de gozarnos, aquí sí, de escuchar sus jadeantes respiraciones agitadas y batidas. Era, hubiera sido, el único disfrute sensual y sensible en ese desfile de autómatas exaltados.
¿Pinocho? Sí que se merecía la humanidad.
Según el programa del Festival, el señor Éduard Lock parece ser que "ha re-inventado y desarrollado un lenguaje único" que consiste en "una técnica de ballet, acelerada, precisa y al servicio de la narrartiva deconstruída a partir de dos óperas: Dido y Eneas, de Puercell, y Orfeo y Eurídice, de Gluck."
La primera se apoya en una música barroca inglesa de la segunda mitad del 1.600, melancólica y a veces bronca que aburre bastante. La segunda, escrita hacia finales del 1.700 por el músico director de la ópera vienesa, es más vibrante, sentimental y gracias a la orquesta organizada sobre una base instrumental que va del Jazz al Tango moderno, se acerca a un sonido que nos recordaba al minimalista inglés Michael Nynamm, cosa que consiguió entretenernos bastante más que la primera y sacarnos del sopor dejado por ella.
Pero lo cierto es que la interpretación, la danza en sí, encarnada en catorce agitados, batidos, esforzados y excelentes, mujeres y hombres, bailarines, siguió siendo la misma en ambas piezas o partituras, conducida por esa técnica acelerada y precisa, pero agotadora, no sólo para los intérpretes bien entrenados para estas lides, sino sobre todo para los agitados y batidos espectadores que esperaban, esperábamos, algo más romántico, sentimental, sensual y sensible ballet moderno, y no una re-construcción de las manipulaciones que habrá sufrido el pobre Pinocho mientras su Dios Gepeto lo iría modelando, articulando y contorsionando para enseñarle como sería eso de ir siendo humano.
Tal como el propio programa del Festival parece querer dar a entender en su portada al colocar, justamente, un moderno muñeco articulado, más avanzado que Pinocho, apuntando un paso de ballet.
Lo cierto es que el uso de tal técnica comentada nos ha dejado a nosotros, y a muchos de los otros espectadores según los comentarios escuchados a la salida, bastantes fríos a excepción de esa parte final donde ballet y música sí parecían llevarse bien. Es difícil mantener una hora y media de espectáculo danzante apoyándose practicamente en una misma coreografía repetida con algunas pocas innovaciones, y sobre todo que esa coreografía, esa expresividad de una música y una historia,
fuera tan mecanicista, fría, minimalista en el peor sentido, acelerada, agitada y batida al mismo tiempo, lo que habrá dejado a nuestro heroico agente secreto del M-16 absolutamente a-batido.
Repetida también la iluminación, la puesta en escena y los pocos toques de modificación del espacio, pensamos que a lo mejor para mantener una unidad descriptiva entre las dos bases operísticas.
Alguna vez llegamos a sentir, percibir e incluso desear, el olor de la segura pluritranspiración de los intérpretes, amén de gozarnos, aquí sí, de escuchar sus jadeantes respiraciones agitadas y batidas. Era, hubiera sido, el único disfrute sensual y sensible en ese desfile de autómatas exaltados.
¿Pinocho? Sí que se merecía la humanidad.
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